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18/7/15

Nuevo Obispo Javeriano en Sierra Leona

El padre Luigi Menegazzo, superior general de los Misioneros Javerianos escribe a todos los misioneros javerianos con ocasión de la elección episcopal del javeriano Natale Paganelli.
"El Papa Francisco confirmó a nuestro hermano p. Natale Paganelli como administrador apostólico de la diócesis de Makeni en Sierra Leona, elevándolo a la dignidad episcopal y asignándole la sede de Gadiufala.
Nos unimos en oración con P. Natale y le pedimos la abundancia de los dones del Espíritu Santo en su nuevo ministerio.
La confianza del Papa Francisco hacia nuestra Familia nos alegra. El nuevo obispo esté seguro que obtendrá en nuestra Congregación la acogida y la fraternidad queridas por nuestro santo fundador que, como obispo, estará cerca y lo protegerá al P. Natale en su nuevo ministerio.
Pedimos para el nuevo pastor la protección de la Virgen María


Las fechas más precisas serán notificadas en cuanto se sepan".


Roma 18 de julio de 2015

Comunicado de Radio Vaticana:

En Sierra Leona, el Papa Francisco ha elevado al muy Reverendo Padre Natale Paganelli, administrador apostólico de la Diócesis de Makeni, a la dignidad episcopal. Al obispo electo Paganelli se le ha asignado la sede titular de Gadiaufala. Es miembro de la congregación religiosa de los Misioneros Javerianos que están trabajando en Sierra Leona. El Padre Paganelli es originario de Bérgamo en Italia.
El 7 de enero 2012 el Papa Benedicto XVI aceptó la renuncia del entonces obispo de Makeni, el obispo George Biguzzi cuando éste alcanza el límite de edad de 75 años. El obispo Henry Aruna, de la Diócesis de Kenema, en el sureste de Sierra Leona, fue elegido como nuevo obispo de Makeni.  El Obispo Henry Aruna sin embargo, no pudo hacer su entrada en la Diócesis. Hoy en día, el Santo Padre, Francisco  ha  nombrado al obispo Henry Aruna como nuevo obispo auxiliar de la Diócesis de Kenema y  se le ha asignado como titular de Nasbinca.
La Diócesis de Makeni se encuentra en la provincia del norte de Sierra Leona, con una población total de alrededor de un millón ochocientas personas. La parte norte de Sierra Leona es predominantemente musulmana. La diócesis de Makeni se estableció por primera vez como Prefectura Apostólica de la archidiócesis de Freetown y Bo en el año 1952. En 1962, fue elevada a diócesis con el obispo Augusto Azzolini como primer obispo.
Los primeros misioneros que evangelizaron la zona fueron los Padres del Espíritu Santo de Irlanda y los Misioneros Javerianos de Italia.
Según las estadísticas de 2014, la diócesis de Makeni tiene un total de 61 sacerdotes diocesanos y religiosos, así como 40 Religiosas. El número total de parroquias es de 25. También hay varias instituciones de salud y educativas que están a cargo de la Iglesia Católica.
La guerra civil de once años en Sierra Leona (1991-2002) dejó un sufrimiento indecible en las vidas de sus ciudadanos. Sierra Leona también ha sufrido mucho por la enfermedad, el Ébola, que primero se produjo en mayo de 2014. A pesar de que los casos de Ébola han disminuido considerablemente, todavía se están reportando nuevas infecciones esporádicas. La situación del Ébola ahora no es como era cuando la enfermedad alcanzó su punto máximo en 2014.

7/7/15

Esperanza, el ébola, el contraste...

5-07-2015
Queridos todos y todas: Paz y Bien.
                El tiempo, como siempre, pasa veloz y lento; veloz cuando miramos hacia atrás, lento en el día a día. Ha pasado veloz desde la última vez que me comuniqué con vosotros; va pasando lentamente en esta situación en la que vivimos donde, no obstante las ostensibles mejoras,  la realidad se resiste a cambiar de forma radical si el ébola desapareciera del todo y la normalidad comenzara a crecer, posibilitando la recuperación de la sociedad y del País entero que aún sigue en estado oficial de emergencia.
                Y la vida sigue, como en todas partes, con sus luces y sus sombras, las primeras son motivo de alegría y esperanza, las segundas siguen produciendo, en los ánimos de todos, una cierta desazón que esperemos, para el bien de todos y sobre todo para los más afectados, termine pronto. En todo caso produce admiración el constatar que aquí siempre se percibe, aun en las sombras, también la luz, por poca que sea…
                Como ya seguramente sabéis la situación con respecto al ébola ha mejorado mucho: los infectados son poquísimos (unos dos o tres al día en todo el País); los aun enfermos y en tratamiento, en todo el País, son varios centenares, de los que la mayoría superan los efectos del virus y sobreviven. Los centros de tratamiento se van cerrando por falta de “clientes”; las medidas de prevención, seguimiento y tratamiento se han consolidado y están produciendo su efecto; la asistencia a los afectados, supervivientes y huérfanos está más organizada y llega (en general) a los que tiene que llegar… ¡en fin! que estamos a pocos pasos de llegar a la meta deseada y tanto esperada: que el País sea declarado libre del ébola, se levante el estado de emergencia y la vida normal pueda abrirse paso cada vez más y mejor.
                La vida ahora es más normal: los controles en las carreteras, las restricciones de movimiento, los horarios del comercio y de los transportes se han flexibilizado; la escuela y la universidad abrieron sus puertas en abril, la actividad económica y empresarial ha mejorado un poquito (falta que vuelvan las empresas internacionales- lo harán cuando el ébola haya desaparecido), algunas compañías aéreas han vuelto a operar…la mejoría está dando sus frutos poco a poco. PERO faltan esos pocos pasos que son imprescindibles para que todo termine: que los casos sean cero en todo el país, de forma continua sin ningún día de excepción, durante 42 días. Por ahora no se consigue, todos los días, excepto alguno, hay dos o tres casos, casi siempre en los mismos lugares en los cuales se ha impuesto el toque de queda, de la seis de la tarde a las seis de la mañana todo el mundo tiene que estar en su casa y se suspende toda actividad. Son pocos pasos los que faltan, pero parece que hay que darlos en un camino fangoso, donde la tierra es de esa rojiza, pegadiza y pastosa donde, si no estás atento, al dar el paso se te queda el zapato incrustado en el terreno. Parece que los que parecían más pesimistas y que decían que la cosa duraría hasta diciembre o más, van a tener razón…, y con todo el período de alerta y precaución será más largo. En Liberia, que había sido declarada libre del ébola el pasado 9 de mayo, después de los 42 días sin ningún caso, el pasado 29 de junio murió un joven por causa del virus, otras dos personas están contagiadas y más de 200 en observación, hay que seguir vigilando…
                En todo caso, la vida sigue y las mejoras se notan en una mayor actividad ciudadana, pastoral, laboral y de sensación de un cierto respiro en la población, junto a una mayor esperanza de que la mejoría se afiance y propicie la total desaparición de esta  pesadilla personal y colectiva.

                Después se meses de un cierto “recogimiento” casero da alegría ver el movimiento producido por la apertura de la escuela y la universidad y del levantamiento de lagunas restricciones. Aquí, diariamente y en casi todas las parroquias y comunidades, la Eucaristía de la mañana es a las 6,30. Para celebrar la Misa, en la parroquia o en una comunidad de las Misioneras de la Caridad de la madre Teresa de Calcuta, hay que salir de casa sobre las 6,15, a esa hora no se ve a casi nadie por la calle, también el tráfico es poco; cuando regreso, pasadas las 7, las calles están atestadas de tráfico y de centenares de niños y niñas , adolescentes y jóvenes que van a la escuela, todos con sus uniformes (de una gran variedad de colores y formas) relucientes, sus mochilas y sus zapatos negros brillantes, van en grupos procedentes de los diversos barrios (ya supondréis que aquí el Autobús escolar es el de “San Fernando”). Las escuelas este año han dividido las clases, con turno de mañana y tarde, para tener menos alumnos en las aulas y evitar el que estén amontonados propiciando los posibles y temidos contagios. Como este año se ha comenzado tarde este curso y el que viene serán más cortos, así como las vacaciones.
                Ahora, pasado el período crítico y grave, la actividad del Gobierno, de las ONG y de las Iglesias está centrada en el apoyo a las personas y familias afectadas y a los huérfanos; un apoyo, en la medida de lo posible, material y de solidaridad y de acompañamiento a los que han quedado más traumatizados por esta experiencia sufrida. Así se está haciendo en nuestra Diócesis de Makeni a través de Caritas y de las parroquias. Entre nosotros está trabajando un equipo de Hermanos Camilos, Congregación dedicada, sobre todo, a la sanidad, que llevan adelante un programa de acompañamiento y apoyo a más de 200 familias que han sufrido la pérdida de uno o más de sus miembros. El trabajo lo hacen los hermanos junto a un nutrido grupo de personas locales preparadas previamente para tal efecto. En nuestra parroquia son veinte las familias seguidas dentro de este programa.
                En nuestra parroquia de San Guido María Conforti se ha recomenzado con el catecumenado (30 niños, 25 adolescentes-jóvenes, 16 adultos)que reúne a los interesados dos veces a la semana, sábado por la tarde y domingo por la mañana. Así mismo se están organizando las actividades con los matrimonio, los adultos los jóvenes, la Asociación caritativa de San Vicente de Paul…, para que cuando se puedan recomenzar normalmente todas las actividades (cuando se quite el estado de emergencia) no se pierda más tiempo, la esperanza es que pueda ser en septiembre-octubre.
                Seguimos atendiendo las ocho sucursales que tiene la parroquia, la más cercana a unos 10 Km., la más lejana a unos 80. Yo suelo ir a una que se llama Rogbesseh, de mayoría musulmana y donde hay una comunidad cristiana de unas 100 personas, de las cuales un poco más de la mitad participan asiduamente a las celebraciones. En general la asistencia a la Eucaristía dominical es de unos cuarenta adultos, seis siete jóvenes y una quincena de niños o más; entre los adultos hay un grupito de abuelas que son de las que más participan en el cantos, las danzas, las oraciones de los fieles que, a veces, son casi como homilías. Los niños-as son también muy activos en dar palmas (aunque no se sepan los cantos) y en danzar. Todos los domingos empleamos unas dos horas celebrando nuestra fe y fraternidad, tratando de abrir nuestro corazón a la acción del Espíritu para que podamos crecer en nuestra cercanía al Señor y entre los miembros de la comunidad, para que podamos vivir, cada vez más con los sentimientos y el estilo de vida de Jesús. Por la puerta de la Iglesia y por las ventanas se ve parte de la aldea: casas de adobes de barro, la mayoría no cubiertas ce cemento; techo de láminas de zinc un tanto deteriorado; algunas casas con ventanas sin ventanas, tapadas con tablones de madera o pedazos de zinc; calles de tierra, ahora de barro por estar en la estación de las lluvias; una escuela que se cae a pedazos, aunque se está construyendo una nueva; no hay electricidad sólo dos o tres familias, las más pudientes, tienen un pequeño generador; el agua proviene de un pozo que está en medio de la aldea construido hace años por una ONG…¡En fin! una típica aldea rural, dedicada a la agricultura, cuyo trabajo da para sobrevivir y, con esfuerzo, mandar a los niños-as a la escuela primaria y a los adolescentes-jóvenes a la secundaria, aunque más de la mitad de las familias no tienen la posibilidad de ofrecer esa oportunidad; desde la edad que pueden hacer algo todos trabajan en el campo.
                Desde la silla de la presidencia en el reducido presbiterio veo todo este panorama y, a veces, me distraigo pensando en las diferencias que hay en este mundo, en las carencias que tantos tienen que afrontar durante toda su vida, en la falta de oportunidades para una vida más adecuada que en estos sitios existe…Por otra parte me veo a mí mismo y miro a la comunidad que tengo delante que estamos celebrando la vida nueva y plena que en Cristo recibimos, la esperanza que Él nos infunde, el camino de crecimiento que Él nos ofrece…, y me quedo un tanto “pasmao” percibiendo el contraste. Un contraste que es real, pero no el que determina nuestro encuentro con Cristo y la celebración de la fe y del amor que Dios nos tiene y que tratamos de tenernos entre nosotros. En cualquier circunstancia el saberse amados por Dios, el tratar de vivir el encuentro con Jesús en la fraternidad, en la comunión, en el gozo de pertenecer a la familia de los hijos e hijas de Dios, es un motivo de alegría, una fuerza que nos hace afrontar las dificultades de otra forma, que nos hace crecer como personas y como sociedad, que nos hace reaccionar frente a lo que no es conveniente para la persona y la comunidad…Todo ello, en la sencillez de la vida de estas comunidades, se refleja en el sentido de pertenencia a la comunidad y a la Iglesia, en la confianza en el Señor, en la ayuda y cercanía recíproca, en tratar de mejorar la situación de la aldea…¡En fin! que el Espíritu y al amor de Dios trabaja en los corazones. Pensando en estas realidades se me pasa un poco el “pasmo” y doy gracias al Señor por poder celebrar mi fe y mi adhesión a Jesús con estas personas en estas comunidades…
                Y, entre una cosa y otra, alguna visita a una u otra escuela de las 10 que tiene la parroquia; la inauguración de un pozo en una sucursal que ha sido subvencionado por un grupo de bienhechores; la visita al Campo de los poliomielíticos que está en nuestra parroquia y a la existencia del cual colabora la Diócesis…, es decir un poco de todo con la esperanza de colaborar en algo y estar cercanos a los grupos y a las personas entre las cuales vivimos y trabajamos.
                Todos nosotros estamos bien, incluso ahora un poco mejor al haber llegado la estación de las lluvias, con ellas las temperaturas se mitigan un poco y se está mejor; aunque como no hay rosas sin espinas, la contrapartida es que con las lluvias muchas carreteras de tierra se hacen intransitables y algunas quedan cubiertas por el agua, imposibilitando, por semanas, el acceso a ciertos lugares y comunidades cristianas.
                ¡En fin! creo por hoy es todo, he pasado un rato agradable, por medio de estas líneas, en vuestra compañía por medio del recuerdo. Agradezco a todos-as y cada uno-a vuestro recuerdo, seguimiento, interés y colaboración con nosotros. Nuestro trabajo no sería posible sin el apoyo que, en todos los sentidos, recibimos de vosotros y de Instituciones, Parroquias, Grupos… ¡Muchas gracias!
                Con mis mejores deseos de bien, fraternal y cordialmente os saludo. ¡Hasta la próxima!
P. Luis Pérez Hernández s.x.
Makeni, Sierra Leona

p.d. Os mando también el saludo de estos dos vecinos nuestros que, de vez cuando, vienen a hacernos una visita. (La primera foto).

10/1/15

Que el ébola desaparezca: Sierra Leona

La fiesta de los Reyes Magos (Epifanía) que aquí se celebra no se parece a la que nosotros celebramos: no hay cena extraordinaria, ni regalos, ni cabalgata, ni reyes…, prácticamente es una fiesta que no existe; salvo a nivel religiosos-celebrativo, celebrando la Eucaristía de la Epifanía del Señor (el domingo 4 de enero) y recordando que la Salvación que Jesús nos ofrece es para todo el mundo: personas, grupos, culturas, que es Universal y que, por lo tanto, la Iglesia es MisioneraTodos los que creemos en Jesús y vivimos unidos e identificados con Él somos misioneros.
El año 2014 lo hemos terminado extremando las medidas de prevención, el gobierno decretó toque de queda en la Noche Vieja para evitar contactos-contagios, con ello la fiesta quedó un tanto aguada con un cierto pesar de la gente: aquí, como en muchas partes, el fin de año y comienzo de nuevo, es una fiesta alegre, bulliciosa, que congrega personas en las calles y en lugares establecidos para cantar, beber, bailar, y pasar las «horas de tránsito» de uno al otro año en festiva reunión…, este año no ha podido ser; en todo caso, en muchas casas (cada uno en la suya), se pudo escuchar música a buen volumen hasta altas horas de la madrugada, la gente no se resigna del todo a perder la alegría de la fiesta y, dentro de las restricciones, se hace lo que se puede.

El año comienza y la presencia del virus del ébola continua, con fecha de hoy las cifras oficiales, dadas por el Ministerio de Salud, nos informan que, desde el comienzo de la epidemia, va a hacer casi un año, los afectados han sido unos 8.000, los muertos más de 2.800, los afectados que han sido tratados y se ha curado unos 2.000. En los primeros días de este mes se ha dado una media de 35 afectados en el país y las muertes siguen… La reorganización de la Sanidad Local y la llegada de la ayuda internacional han proporcionado más personal, estructuras y medios para luchar contra la epidemia, las personas que se salvan al ser tratadas son más; no obstante la incidencia del virus se resiste a remitir y parece que harán falta algunos meses más para erradicarle.
La esperanza es la última que se pierde, las ganas de vivir y de ir adelante se resisten a dejarse aplastar por el pesimismo o la desesperación; por ello comenzando el año se está pensando en abrir escuelas, relanzar planes pastorales, recomenzar actividades…, por ahora es un deseo, una esperanza, habrá que esperar un poco a que las circunstancias permitan hacer todo ello con seguridad, habrá que ganarle más batallas al ébola, habrá que vencer esta «guerra».
Carta de los Reyes Magos, deseos para el año nuevo que comienza.., en nuestro caso los anhelos, las esperanzas, las peticiones y los deseos de futuro se centran en lo mismo: QUE EL ÉBOLA DESAPAREZCA. Que, poco a poco, Sierra Leona (y los demás Países) pueda cerrar este capítulo de sufrimiento y muerte; que todos los aspectos de la vida de las personas y de la sociedad se vayan normalizando; que la esperanza que existe en la gente se haga realidad lo antes posible; que la alegría de vivir, siempre presente en esta sociedad y pueblo, deje de estar empañada por la presencia nefasta de este virus que está causando tanto sufrimiento.

La comunidad cristiana sigue trabajando por mantener la esperanza, viviendo y celebrando su fe y la fraternidad que nos une, así como sigue tratando de mostrar cercanía y apoyo recíproco y a aquellos que se van viendo afectados por el ébola. Esta mañana, dos compañeros con varias personas de la parroquia, han ido a visitar dos aldeas, pertenecientes a la parroquia: Mabuya, con siete casas puestas en aislamiento (casi la mitad de la aldea) y Masongbo; en total unas 53 personas que estarán aisladas 21 días para vigilar su estado sanitario. Es un primer encuentro para ofrecer apoyo, cercanía, seguimiento…, mañana iremos con Caritas para programar el apoyo que se puede ofrecer a estas familias en estas tres semanas en que no pueden moverse de sus casas.
Como ven la vida sigue, nosotros con ella, todos tratando de que sea cada vez más digna, más fraterna, más según el pensamiento de Dios. Todos seguimos adelante con esperanza, confiados en el Señor, en la fraternidad que nos une y en lo que juntos podemos hacer para el bien de todos en cualquier circunstancia.
Les deseo un Año Nuevo lleno de la cercanía y de las bendiciones del Señor, un año en el cual crezca la fraternidad universal, la solidaridad, el hacernos cargo –con alegría- los unos de los otros para el bien de todos.
Hasta la próxima, que espero sea cuando pueda decirles que el ébola no existe y que la vida comienza a ser distinta. Saludos.
P. Luis Pérez Hernández s.x.

Misionero Javeriano en Sierra Leona´

29/12/14

Navidad en Sierra Leona con el ébola

Las campanas (normalmente llantas de coche que se golpean con un martillo) permanecen en silencio y el muecín, desde al alminar, no llama a la oración; estamos en estado de emergencia y, desde el 24 de diciembre, a las cero horas, se ha establecido el toque de queda: todos tenemos que estar en nuestras casas hasta el lunes 29 de diciembre.
La noticia del toque de queda tan prolongado fue anunciada el 23 por la mañana. Todo el mundo se lanzó a la calle a comprar lo necesario, en muchos casos lo imprescindible pues el dinero no da para más, parapoder alimentarse en estos cinco días… El 23 por la tarde Makeni era un hervidero de gente que iba de un lado para otro tratando de encontrar lo necesario para estos días. En muchos casos la cosa no es fácil, muchos viven al día, del pequeño mercado, con la ganancia de lo vendido compran los alimentos para el día siguiente, comprar para cinco días seguidos es una ardua tarea, para muchos no será posible…
Hace algo más de un mes parecía que la incidencia del ébola estaba ligeramente remitiendo en general y en el distrito de Bombali (donde está Makeni) en particular; pero la realidad ha cambiado de signo: los afectados y los muertos en el distrito están aumentando.
Las fiestas de Navidad y del fin de año se parecen un poco a las nuestras (claro está, sin el alarde decorativo de hogares, calles y plazas…; sin la abundancia de todo en estos día; sin la misma posibilidad de «consumo»): En Navidad la gente se reúne, las personas viajan para encontrarse con la familia, la gente sale a la calle para cantar y bailar, se organizan fiestas populares donde se baila…, normalmente se bebe un poco más…¡En fin! cosas todas que, en una situación normal, expresan la alegría de las fiestas que se celebran y se viven con los demás; pero que en la situación actual pueden ser motivo de tantos contagios por el posible movimiento de las personas y la posibilidad de muchos contactos…Solución: evitar todo ello con el toque de queda, medida prudencial en bien de la población, pero que afecta a la celebración de estas fiestas de manera considerable. Este año la celebración de la Navidad ha sido más íntima y recogida, en el ámbito familiar o, al máximo, junto a alguna familia vecina…De hecho, ni por las noches ni durante el día, se escuchan cantos o música que pongan de manifiesto celebraciones de ninguna clase.

Por lo que respecta a las celebraciones religiosas cristianas y a la oración musulmana todo ha sido suspendido, Mezquitas a Iglesias están cerradas hasta el lunes; a los cristianos se nos ha permitido celebrar la Navidad el 25 de diciembre en las parroquias; podemos ir a la Iglesia y, terminada la celebración, regresar a casa lo antes posible. El ejército y la policía, desplazados en la ciudad, se encargan de controlar y de hacer cumplir el toque de queda.
En nuestra parroquia San Guido Mª Conforti habíamos comenzado a preparar la Navidad nueve días antes, cada día oración-rosario, escenificación de una escena evangélica en torno a la Navidad, cantos y reflexión. Niños, jóvenes y adultos representaron con entusiasmo e imaginación su pasaje; la iglesia casi se llenaba todos los días y la participación fue activa, gozosa y sentida. El martes 23 de diciembre, con lo del anuncio por la mañana del toque de queda, nos quedamos sólo con los niños y los jóvenes, los adultos tuvieron que empeñarse para salir al paso de las necesidades familiares para los cinco días de«encierro forzoso» en casa.
Los cristianos salimos de casa el 25 por la mañana para celebrar la Navidad en nuestras respectivas parroquias. Las calles y los barrios estaban desiertos, sólo se veía, aquí y allí, alguna persona caminando (bicicletas, motos y coches no pueden circular), la mayoría iba a participar en la Eucaristía o en algún Servicio Religioso Cristiano. En nuestra parroquia había dos Misas, a las 8,00 y a las 10,00 de la mañana, las dos llenas de feligreses, sobre todo la de las 10,00 que es la«Misa Mayor»: poco a poco, en pequeños grupos o familias el templo se iba llenando hasta llegar al completo. Como en todas las fiestas, pero sobre todo en esta de Navidad, el personal luce sus mejores galas, sobre todo los niños; muchos-as llevan sus trajes típicos, colorido e imaginación de diseño se hacen presentes.
Casi dos horas y media de celebración concentrada y festiva: cantos, danzas, largas procesiones (medio danzando) de entrada y ofertorio donde se ofrecieron dinero y alimentos que serán repartidos con los más necesitados, sobre todo entre los afectados de ébola.
Las oraciones y peticiones se centraron en la acción de gracias por la presencia de Jesús en medio de nosotros, por la nueva vida que de Él recibimos, por la esperanza a pesar de la situación actual; se pidió por los afectados del ébola, por la gracia de saber responder adecuadamente, como cristianos y hermanos-as, a esta crisis, por el mundo, la paz y la fraternidad. Toda la celebración se vivió con gozo, confianza en el Señor y en la comunidad, con esperanza…Ya terminando el canto final se alargaba y la gente iba saliendo del templo medio danzando y alegres por haberse encontrado con el Señor y con los demás hermanos-as de la comunidad…
Celebraciones muy distintas
A la salida se formaron algunos pequeños corrillos que, medio en broma medio en serio, comentaban la situación, los efectos del toque de queda, el cómo estaban celebrando, cada uno en sus casa, estas fiestas tan especiales tanto por lo que significan, como por el modo, restringido este año, de celebrarlas… Poco a poco la gente se fue encaminando a sus casas siguiendo las orientaciones de las autoridades, según las cuales lo permitido, dentro del toque de queda, era salir de casa para ir y volver al lugar donde cada uno iba a celebrar la Navidad.
¡En fin! que hemos tenido dos niveles de celebración: la general, contenida, casi inapreciable, sin ruidos ni alharacas; la familiar y la de la comunidad cristiana, sentida, participativa, lo suficientemente gozosa y compartida. Ambas un tanto en «tono menor», como solidarizándonos con la situación general del país que, aunque con esperanza, está viviendo estos momentos difíciles de prueba, sufrimiento y necesidad.
La consideración del Niño-Dios nos llena de esperanza al pensar que desde la «debilidad de un Niño» nacido en la pobreza y casi en el anonimato, se puede «crece»” en el amor y la fraternidad; se pueden tener «las fuerzas» para afrontar el mal con el Bien, lo adverso con esperanza y confianza renovada en el Señor y en los hermanos y hermanas con los que vivimos, compartimos la fe y la celebramos.
A todos-as deseo que estas Navidades hayan estado, y sus vidas sigan estando, llenas de la presencia del Señor y que el año nuevo venga repleto de Sus bendiciones.
Con mis mejores deseos.
P. Luis Pérez Hernández s.x.
Misionero Javeriano en Sierra Leona.

Fuente:http://www.abc.es/toledo/ciudad/20141228/abci-toque-queda-navidad-pais-201412271444.html

12/12/14

Vivir en cristiano con la realidad del ébola

Con frecuencia me encuentro con Mr. Thomas Koroma (TK) en la parroquia, es uno de los feligreses más asiduos y buen colaborador en las actividades parroquiales: dirige el rosario de la mañana, es uno de los lectores de la Palabra en la Eucaristía, siempre está disponible para echar una mano en lo que se necesite, forma parte del grupo parroquial que visita a las familias/casas que, por haber tenido un afectado de ébola, están en aislamiento por 21 días…
Mr. Thomas vive cerca de la parroquia, en el barrio de Looking Town, en una casa sencilla, con un poco de terreno donde planta casava, alubias y alguna otra cosa para ayudar a la débil economía de su familia que está compuesta por 10/12 miembros; fue maestro, trabajó en una ONGs…, desde hace tiempo está sin trabajo fijo, por lo tanto sin salario; hace algunos trabajos esporádicos y va tirando más bien malamente; pero él nunca pierde la esperanza de que las cosas mejorarán, se conforma con poco y está siempre al acecho se «algún trabajillo»…
Hace unos días estuve en su casa y hablamos de la situación que estamos viviendo, de la vida de la parroquia y de las actividades que se realizan. Mr. Thomas comenzó diciendo que «el principal problema de Sierra Leona, que condiciona todo, es el de la pobreza; un 70% de la población no tiene trabajo y, por lo tanto, muchas dificultades para vivir el día a día, para escolarizar a sus hijos, para poder comprar medicinas…En estos años, después de la guerra, el país ha crecido y mejorado, pero el bienestar llega unos pocos, la mayoría estamos como antes o peor. Muchos, como yo, se apañan como pueden: algún trabajillo esporádico, un poco de huerta (quien la tiene) la ayuda de la familia, un día ayuda uno, otro día otro, el que tiene comparte con los demás…».
Este crecimiento del país ha sufrido un parón con la presencia de ébola que (TK) «ha llenado Sierra Leona de sufrimiento y muertes y ha hecho retroceder el menguado bienestar de la gente: compañías que han cerrado, empleos perdidos, subida de precios, menos circulación de productos alimentarios, cierre de proyectos de desarrollo que tenían algunas ONGs…La ayuda que ahora llega se centra en el ébola, cosa que me parece muy bien ya que es una emergencia y una prioridad en este momento, todo lo demás ha quedado un poco relegado, pero nosotros seguimos como antes o peor…esperamos que las cosas vayan cambiando poco a poco».
El ébola se ha ido extendiendo por el País como una mancha de aceite, ahora es más difícil erradicarlo y todo ello (TK) «porque al principio no nos lo creíamos, pensábamos que era otra cosa. Con el tiempo y mayor información y sensibilización nos percatamos que era verdad, pero no todos, aún hay gente que no lo admite y no tiene en cuenta las medidas de protección. No ha sido fácil que la población acate las normas, que da el Ministerio de Sanidad, para evitar los contagios y, por lo tanto, aún sigue habiendo afectados y muertos…, yo no pierdo la oportunidad de decir e insistir que el ébola es real, que se tenga cuidado, que con atención se pueden evitar sufrimientos y muerte…».
La Iglesia y todas las Instituciones se han volcado en una campaña de sensibilización, ayuda, acompañamiento de la población para afrontar los efectos del ébola y para evitarlos. Nuestra parroquia también hace lo que está en su mano en este sentido y (TK) es uno de los del grupo parroquial involucrado en este servicio: «al principio era un poco reticente a colaborar, tenía un poco de miedo ya que no sabíamos bien a lo que nos enfrentábamos, incluso se decía que se trasmitía por el aire; luego sabiendo cómo se trasmitía (contacto) y las medidas de prudencia que había que tener me puse a disposición de la parroquia. Yo no tengo posibilidades de ayudar materialmente, pero tengo tiempo y ganas para colaborar; por otra parte, como cristiano me parece normal estar cerca de los demás, en toda circunstancia, afrontando la vida desde lo que Jesús nos invita a hacer: vivir siempre la caridad…».
(TK) «Somos varios los que 'seguimos el ébola' en la parroquia. Lo primero que hacemos es estar atentos a los posibles casos de afectados, recorremos la parroquia, preguntamos a conocidos…cuando nos enteramos de algo lo referimos a los sacerdotes y se organiza una primera visita a la casa/as de los afectados que, normalmente, han sido puestas en aislamiento por 21 días. Son casas/familias católicas, protestantes, musulmanas…no nos importa el credo de cada uno, sino la fraternidad común y universal que todos tenemos en Dios Padre, en 'Papa God'».
El grupo parroquial visita a la familia/as afectada y Mr. Thomas tienen su papel: (TK) «yo soy el encargado de hacer de portavoz del grupo. El principal objetivo del encuentro es decir a las personas en aislamiento que hay gente (la parroquia) que se interesa por ellos, que les recuerda, que reza por el mejor desenlace de la situación, que está dispuesta a echarles una mano fraternal, que seguirá viniendo para acompañar un poco su situación. Luego, se insiste en afirmar que el ébola es real, que tienen que adoptar las medidas oportunas en su situación, que deben mantener el aislamiento para no contagiar a otros en caso de que ellos lo estén. Finalmente, siempre se invita a la oración, rezamos a nuestro Padre para que nos bendiga y nos acompañe en estos momentos difíciles. Todos nos recogemos un poco y rezamos (afectados, vecinos, policía/soldados, nosotros) durante unos minutos. La visita, que siempre comienza en un clima un poco distante ya que la gente, en muchos casos, no nos conoce, termina con un clima más relajado, cordial y amistoso…nos despedimos hasta la próxima.
Mr. Koroma es uno de los tantos/as que forman la comunidad parroquial en la cual cada uno/a vive, celebra y testimonia la común fe en Jesucristo y la certeza de Su influencia positiva en nuestras vidas, es siempre el mismo dinamismo el me nos mueve: (TK) «Para mí la fe en Jesucristo es fundamental para mi vida y trato, modestamente, de vivirla y celebrarla con mis hermanos/as en mi comunidad cristiana, desde ella procuro testimoniar lo que significa Jesús para nosotros, responder a lo que nos invita a ser y vivir, sobre todo en circunstancias difíciles. La comunidad, la unión, la fraternidad, la preocupación de los unos por los otros hace posible que mantengamos la esperanza en que todo pueda mejorar y, mientras tanto, afrontar todas las situaciones mejor: juntos y ayudándonos».
Hemos pasado un rato juntos, se acerca la hora del rosario de la tarde, nos encaminamos paseando a la parroquia; allí encontramos al P. Jerónimo ensayando con los niños un pasaje de la novena de Navidad; al P. Patrick hablando con un joven; un montón de niños; unos quince jóvenes y una veintena de adultos, hombres y mujeres…, a las 17,45 entramos todos en el templo para rezar juntos…La vida de la parroquia sigue su curso «normal»…todos respondiendo a la llamada del que nos convoca: Jesucristo.
Muchos saludos y hasta la semana que viene.
P. Luis Pérez Hernández s.x.
Misionero Javeriano en Sierra Leona

29/11/14

Formar parte de ellos Sierra Leona, el ébola

Las semanas van pasando y uno tiene la sensación de que nada se mueve, de que la situación se ha estabilizado, que ni mejora ni empeora: el ébola sigue su camino «arrasando» y sembrando sufrimiento…; el paso del tiempo hace que casi «nos acostumbremos» a vivir en esta situación, debe ser una especie de mecanismo de defensa. Sin embargo, algunas cosas van cambiando un poco, mejorando lentamente y la población va tomando, cada vez más, conciencia de la situación y reaccionando positiva y activamente en la lucha contra el virus; así mismo las comunidades cristianas y parroquias se involucran cada vez más en la vivencia y el testimonio de la fraternidad.
Por desgracia las cifras nos dicen que la dura realidad es tozuda y no quiere cambiar de signo. Las cifras oficiales (que siempre hay que, más o menos, duplicar), nos dicen que son unos 1800 los muertos en Sierra Leona desde que el virus se presentó entre nosotros; que todos los días hay afectados, muertos y también recuperados. Nuestro distrito de Bombali es uno de los más castigados, mientras que en nuestra ciudad de Makeni los casos han disminuido sensiblemente.
Lo que sí se nota es que la organización sanitaria del país está mejorando y la ayuda internacional, en parte, ya ha llegado y, en parte, está por llegar más. Todo ello ha hecho posible, en unas semanas, que ya haya cinco laboratorios de detección de virus funcionando, lo cual significa más rapidez en detectar y en comenzar a tratar y, por lo tanto, más posibilidades de curar. También ya está funcionando los centros de tratamiento que se estaban preparando: bien equipados de personal competente y de medios y estructuras, lo que significa mayor número de afectados que pueden ser acogidos con la esperanza de ser curados.
Hace unos días estuvieron por aquí (también visitaron Guinea y Liberia) el Comisario de Salud y el Enviado Especial para el Ébola de la Comunidad Europea, que se comprometieron a agilizar la llegada total de los fondos que la EU ha destinado para luchas contra el ébola: unos mil millones de euros.
Por nuestra parte (comunidades cristianas y parroquias), seguimos trabajando con las limitaciones que nos imponen la prohibición de reuniones y sacando el máximo «provecho» de los que se puede hacer.

Aquí en Makeni, en nuestra parroquia de San Guido María Conforti hay dos encuentros diarios, por la mañana la Eucaristía (6,30) y por la tarde el rosario (17,45). Ahora participa más gente, por una parte todos estamos rezando un poco más y encomendándonos a Dios; por otra, al no haber otros encuentros, la gente viene antes de estos actos y se queda un rato después de terminar: se habla, se bromea, compartimos información, nos interesamos los unos de los otros….Antes o después, en ocasiones, se hace algún breve encuentro con algún grupo o personas para tratar algo que haga falta o convenga…¡En fin! se trata de hacer de la necesidad virtud y algo es algo y mejor que nada.
También se mantiene una reunión semanal de parejas que van a contraer matrimonio y están preparándose, al ser 10-12 personas se puede hacer teniendo las precauciones que hay que tener; las celebraciones no se sabe cuándo serán pues esas requieren fiesta: Eucaristía (que no hay problema) fiesta, comida, baile, reunión de muchos familiares, viajes, alojamientos…, todas cosa prohibidas por ahora.
Como podréis suponer este año pastoral (como el escolar, el universitario…) está perdido, por lo tanto programación-pastoral-parroquial anual no ha habido, ni reunión del Consejo Pastoral Parroquial. En todo caso, en estos días, está previsto reunir al, por así llamarlo, consejo permanente del consejo parroquial para cambiar impresiones, analizar la situación, ir pensando un poco en el futuro y ver lo que se puede mejorar en el presente…, se trata de mantener lo más vivo y activo lo que se hace y se puede hacer.
Otro aspecto que ha mejorado y crecido en la parroquia es la preocupación por los otros en general, la colaboración en la atención a los afectados en particular, y el compartir los bienes con los que por «estar aislados por causa del ébola» están necesitados de ayuda, cercanía, oración y atención. El número de los voluntarios para visitar con los sacerdotes las «casas aisladas», así como el que recorre la parroquia recabando información para poder llegar a donde sea necesario, ha aumentado; a pesar del miedo del principio ha prevalecido el deseo de ayudar y manifestar que somos una comunidad.

Como consecuencia de lo anterior, también ha crecido la generosidad en el compartir; los alimentos y otras cosas que se reparten por las «casas aisladas» son los que la gente trae al ofertorio de las misas de los domingos: arroz, aceite de palma, patatas, cebollas, zanahorias, agua potable, carbón, plátanos, pastillas de caldo de carne o de gallina…, también se compran alimentos con lo obtenido en una de las colectas del domingo y con el dinero que algunos entregan. A este dinero se añade el que llega de España o Italia: amigos-as, grupos parroquiales y misioneros, comunidades religiosas y alguna Diócesis están contribuyendo a que se pueda ayudar, de diversas maneras, a más personas y familias…
Se sigue, como en toda la Diócesis de Makeni, con las visitas de apoyo, acompañamiento y atención a las «casas-familias aisladas» por 21 días por haber tenido en ellas uno-a o más afectados o muertos por causa del ébola.
Como la situación parece que se alarga, y tardará meses en normalizarse, y, como consecuencia, las actividades de las parroquias seguirán limitadas, grupos, jóvenes, catecúmenos, asociaciones llevan meses sin encontrarse, sin reunirse. Pero como, por otra parte, la situación en Makeni ha mejorado mucho, se está tratando de buscar una solución posible y que no vaya en contra de las medidas de precaución que existen para evitar el contagio del ébola: tal vez se podrían hacer encuentros con números reducidos (6/8) personas, en un espacio donde puedan estar «suficientemente» separados…En estos, en una de las reuniones de sacerdotes, que estudiará un poco lo que se podría hacer, para luego proponérselos a las autoridades y ver que dicen, no queremos hacer nada en contra de lo que está legislado y a lo que todos están obligados y, mucho menos, hacer algo que pudiera ser «peligroso» para la gente. ¡Veremos qué pasa! Lo importante es seguir adelante, de la mejor forma, para mantener viva y real la comunión, la fraternidad, la formación y la celebración de la fe de las comunidades cristianas, en las parroquias y en los grupos.
Como pueden ver estamos en «la vida ordinaria» de un «período extraordinario» que nos ha tocado vivir y que procuramos afrontar con cercanía y atención recíprocas, con compromiso y esperanza, con confianza en Dios y en los hermanos con los que compartimos la fe, solidarizados con la población entre la que vivimos.

Muchos saludos y hasta la semana que viene.
P. Luis Pérez Hernández s.x.
Misionero Javeriano en Sierra Leona

Agradecemos mucho al Padre Luis Pérez que nos hace más cercana la misión, la vida y la realidad de nuestros hermanos y hermanas sierraleoneses. También al diario ABC Toledo por hacerse eco de esta realidad. No los olvidemos, ahí está el Señor que todos esperamos durante el Adviento.

20/11/14

¿Quién ayuda a quién? Sierra Leona, el ébola

La semana pasada, los javerianos que trabajamos en Sierra Leona nos reunimos en Makeni. El objetivo del encuentro era poner en común el trabajo pastoral-social-humanitario que se está haciendo, evaluarlo para posibles mejoras y coordinar los esfuerzos de cada parroquia y comunidad. A la reunión invitamos a un doctor sierra leonés que está involucrado en la lucha contra el ébola; él nos explicó todo lo referente al virus y su incidencia actual en el país. Fue ilustrativo y completo y matizó lo que ya sabíamos; finalizando su intervención hizo una afirmación rotunda: la causa más importante y determinante de los efectos del ébola es la pobreza en un país con más recursos, mejores estructuras sanitarias, más medios a disposición, con una población menos pobre, desnutrida y con una salud mejor, esto se habría cortado hace tiempo, como ha sucedido en Nigeria.
Hace unos días, fuimos a dos casas del territorio de nuestra parroquia que habían sido puestas en aislamiento al haber, por causa del ébola, muerta ahí una persona. Allí había unas 18 personas. La razón de la visita, después de una primera de contacto, era llevarles alimentos (patatas, cebollas, aceite, agua potable, carbón, arroz…) para reforzar otras ayudas y que pudieran pasar los 21 días de aislamiento «un poco mejor». Lo llevado había sido entregado por los feligreses de la parroquia para compartirlo con familias en esta situación. Junto a la ayuda material, se reitera la cercanía, seguimiento, recuerdo y oración por estas familias por parte de la comunidad cristiana. No es mucho lo que se lleva, ni lo que se puede hacer; pero impresiona constatar el agradecimiento que estas personas manifiestan, con palabras y gestos, al ver que alguien se preocupa por ellas y las tienen en cuenta.
Por mi parte estando allí y viendo el «panorama»: calles polvorientas, casas que casi no se sostienen en pie, falta de medios y comodidades, todo muy rudimentario; «superpoblación»: 8/10 habitaciones para 18/20 personas…; me vino a la mente lo que nos había dicho el Doctor: la causa determinante…es LA POBREZA. La verdad es que, a veces, me parece estar viviendo en un mundo «irreal» viendo las condiciones de vida de tantas personas aquí (y no digamos en las aldeas) y conociendo el nivel de vida, medios y posibilidades (junto a muchas desigualdades, marginaciones y pérdida de derechos) de nuestros países ricos.
Visitamos a esa familia para «ayudar». Esta fue la otra palabra que me vino a la mente en ese momento. Para salir de la situación que está viviendo este País necesita ayuda: lo dice el Doctor, las ONGs, los Organismos Internacionales, los misioneros, los Grupos Religiosos, las personas informadas: AYUDA, AYUDA.
Más tarde, ya en casa, con las imágenes vistas en la memoria y con los pensamientos que ellas me suscitaron, seguí dándole vueltas a la realidad que aquí, y en muchos países, se vive y le di vueltas a la relación entre POBREZA Y AYUDA.
Hay decir que la ayuda va llegando ¡por fin! se va tomando conciencia de la necesidad de colaborar, entre otras cosas «por si las moscas». Están llegando personas preparadas y medios adecuados para frenar el ébola; se están abriendo más centros para la detección y tratamiento; las ayudas provienen de Naciones, de Organizaciones, de ONGs, de Grupos Religiosos, de privados. También de Organismos Internacionales, aunque con más parsimonia.
Otra realidad a destacar es que el Sur está ayudando al Sur al Sur: La Unión Africana (UA), como todo organismo de este género, está respondiendo poco y tarde; pero ya ha comenzado a reaccionar y a ayudar. Sin embargo; Nigeria, R.D. del Congo, Etiopía, Kenia, Uganda, Ruanda, Tanzania, Burundi…,están mandando personal ( y algunos dinero) a los países afectados por el ébola, entre todos ponen a disposición (aproximativo) alrededor de 35 médicos, 180 enfermeros, 550 sanitarios y unos 1.300 voluntarios. Es una alegría que la Unión Africana se vaya consolidando para el bien y el beneficio de África.
Pensando en la POBREZA habría que decir (sin entrar en matices ni en las reflexiones y estudios complicados y de expertos que requiere el asunto) que, más que hablar de pobreza, como ya muchos están haciendo, hay que hablar de empobrecimiento, más que de pobres de empobrecidos.

Sierra Leona es un país pobre: Uno de los últimos en el índice del desarrollo humano ( que tiene en cuenta la esperanza de vida (46 años), la calidad y extensión de la enseñanza, la sanidad, la educación, el nivel de vida); con más de un 60% de desempleo; con el 68 % de la población bajo el umbral de la pobreza; con 2/3 de la población viviendo de una agricultura de subsistencia; con una mortalidad de 17,7%; con una renta per cápita de unos 650 $ dólares anuales; con unos sueldos (los de la mayoría de los pocos que los tienen), entre 400.000/600.000 leones al mes (90/115 Euros ), un saco de arroz de 50 Kg. cuesta 120.000 leones; con una balanza comercial desfavorable…
Por otra parte Sierra Leona es rica y tiene abundante en hierro, diamantes, platino, rutilo, bauxita, casiterita, madera, petróleo, abundante caladero de pescado, frutas, café, cacao.., todo ello exportado y manufacturado por compañías extranjeras que, naturalmente, crean aquí riqueza y empleo y pagan impuestos y concesiones; pero que se llevan la parte del león…Por lo tanto ¿pobre o empobrecida? (Aquí también habría cosas que «arreglar», pero ahora estamos pensando en lo que depende de los países ricos). África es expoliada, desde hace muchos años, sin el menor cargo de conciencia ni la más mínima justicia…
Por otra parte el expolio de África (sobre esto hay muchos estudios, informes, estadísticas…de ONGs, Organismos, Fundaciones…) es el que, en buena medida, posibilita el estado de bienestar, la riqueza, la industria, muchos puestos de trabajo en nuestros países, ¡en fin! la riqueza de los países del Norte, de los Ricos depende de los pobres, y sin las materias primas de los Pobres el bienestar de los Ricos sería «más modesto»…tal vez mucho más modesto.
Y terminaba yo esta reflexión, de andar por casa y por los barrios de Makeni (después de lo dicho) pensando que habría que cambiar la palabra AYUDA por la de RESTITUCIÓN. ¿No les parece que sería más apropiada y reflejaría con más precisión la realidad? A mí (y a muchos-as) como cristiano, misionero y persona medianamente normal, sí me lo parece. Tal vez alguien, con un poco de escepticismo, diga «el mundo ES así», cosa que es verdad, pero porque «Algunos lo hacen así» y es casualidad que siempre lo hagan los mismos…Por lo tanto, con sencillez, sentido común, y la información necesaria; deseosos de un mundo mejor y del bien común para todos y en todas partes, podemos terminar como empezamos: ¿Quién «ayuda» a quién?
Muchos saludos y hasta la semana que viene.
P. Luis Pérez Hernández s.x.
Misionero Javeriano en Sierra Leona