UNA PASCUA
INOLVIDABLE
Pascua Rural Misionera en Bustarviejo y Valdemanco.
Semana Santa.
Alguien me prometió vivir una
Semana Santa diferente, buscando el verdadero sentido de ésta, encontrándome
con la Pasión, Muerte y Resurrección de
Jesús desde la Misión. Estuvimos en dos pueblos de la Sierra de Madrid,
Bustarviejo y Valdemanco, dos pueblos llenos de belleza, de historia y de gente
que nos acogió como si fuéramos sus hermanos. Así nos sentimos, como su
familia. El objetivo del viaje era la convivencia con los dos pueblos y la
convivencia entre las personas que íbamos. Dar a conocer el sentido de la
misión y vivir la Pascua
de forma diferente.
Cuando llegamos a Bustarviejo el párroco
del pueblo, el padre Pedro Pablo, nos dio una buena bienvenida, nos enseñó
donde pasaríamos esos días y nos presentó a las monjitas, unas fantásticas
personas que han estado pendientes de que no nos faltara nada. Sin dejar de
lado a la gente del pueblo que nos han acogido maravillosamente.
Sentido de Dios.
Yo fui con el fin de convivir con
las personas con las que voy a ir a México en julio y conocerlas un poco más,
pero al final el viaje me ha servido para entender realmente el sentido de
Dios, su amor por nosotros y saber qué quiere que haga, cual es mi Misión en esta vida.
Todo recobra sentido.
En estos días he podido conocer
el verdadero motivo por el que Dios entregó a su Hijo, aceptar que los senderos
del Señor son inescrutables, que Él puede llamarte en cualquier momento, tocar
tú corazón y darte todo el amor que siempre has necesitado. Volver a sentir que
te agarras a la vida y que he resucitado con el Señor. Sentir que estuve con él
acompañándole en el camino del martirio, que cada golpe que él recibió, cada
caída, cada sufrimiento, cada sangre derramada lo hizo por mí. Pienso que todo
recobra sentido, que el Señor bajó al lugar de los muertos, a lo más profundo,
no para quedarse ahí, si no para tenderme su mano y levantarme, para sacarme de
la oscuridad y llevarme hacia la luz.
Escuchar el corazón dónde está Dios.
Cuando tienes una venda en los
ojos y todo lo ves negro, cuando no ves la salida al final del túnel, piensas
que si en verdad existe algún Dios, que por qué no te saca de eso. Pero cuando
por fin oyes su grito diciéndote que Él está ahí, verdaderamente te das cuenta
que su amor por ti te ha llevado a ver la luz al final de ese túnel y a
quitarte esa venda que no te dejaba ver. Sólo tenía que pararme a escuchar mi
corazón, ahí es donde habla Dios. Caminar junto a la cruz, ver mi propia cruz,
el sufrimiento de su Hijo, incluso el sufrimiento que tengo a mí alrededor, a
veces provocado por mí, otras por las injusticias de este mundo me ha hecho darme
cuenta de la Misión que tengo en
esta vida.
Agradecer a Dios y a…
Debo agradecer a las personas que
me han llevado hacia Dios y que de alguna manera me han enseñado el camino, a
los Misioneros Javerianos, espero que su misión siga dando fruto.
Celia Valvdivia.
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