
Se dio inicio con la adoración con
un tinte franciscano que oraba “Te adoramos Señor Jesucristo, aquí y en
todas tus iglesias que hay en el mundo entero, y te bendecimos pues por tu Santa
Cruz redimiste al mundo”.
El recogimiento que reina en esa
comunidad parroquial y el deseo de la cercanía del Señor se elevó a Dios
diciendo: “Señor, estamos aquí reunidos en esta tarde, para adorarte, para
llenarnos de ti y para pedirte por el don de las vocaciones, de modo particular
a la vida consagrada y al sacerdocio…llenos de confianza te pedimos que
bendigas la Iglesia con nuevos hermanos y hermanas…haz más viva nuestra oración
y cuida hasta el más pequeño germen de vocación, que Tú, Señor, siembras en el
corazón de niños y jóvenes”.

Después de la bendición se
continuó con la Eucaristía, también ella ofrecida para pedir vocaciones. Se nos
ha recordado que es algo esencial a la vida cristiana, y que el testimonio de
nuestra alegría y deseo del Señor suscita en el otro el deseo de Dios y también
la libertad interior para ponerse en pos de Cristo.
Agradecidos al Señor que llama,
suscita y hace madurar la vocación continuamos con nuestra oración, sabiendo
que otras parroquias de la misma Vicaría tienen cada año una adoración y que
muchos se unen a esta, como las Clarisas Franciscanas de General Ricardos.
Rolando Ruiz Durán sx
Coordinador de Misiones de la Vicaría VIª
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