
Padre: me pongo en tus manos.
Haz de mi lo que quieras.
Sea lo que sea, te doy las gracias.
Estoy dispuesto a todo.
Lo acepto todo,
con tal que tu plan vaya adelante
en toda la humanidad y en mí.
Ilumina mi vida con la luz de Jesús.
No vino a ser servido, vino a servir.
Que mi vida sea como la de él: servir.