… cuando una experiencia pasa a ser más de una experiencia
… cuando entiendes que tú también formas parte de todo esto
… cuando descubres que tu corazón se puede ensanchar hasta donde tú quieres
Y el tiempo lo hizo todo, y la providencia me fue abriendo y preparando el camino, y ese Si Bemol que llevaba conmigo durante todo el tiempo llegó a convertirse en un Si Sostenido que me llevó hasta las puertas del tren y de los aviones necesarios para llegar de nuevo junto a ellos. Una vez más en Chad.
Aún recuerdo con cariño aquel día que sin acabar de creérmelo todo estaba preparado para salir, ¡que trabajito me había costado conseguir todo esto! ¡Que intenso se hizo el año junto a ellos estando desde aquí! ¡Qué duro fue luchar para conseguirlo! ¡Cuánto costó llenar esa hucha que tantas privaciones me costaron!
¡Pero bueno, todo sacrificio tiene su recompensa! ¡Y Noniqui (así me llaman) ahí estaba ya, cargado de maletas y guitarras con un destino muy claro!
…y llegué.
Cierto que todo era conocido, pero no es así, porque lo que yo creía haber conocido sólo era una parte de lo que he podido conocer, y es que esta gente ha llegado a ser mi gente, esta cultura ya forma parte de la mía, lo suyo ha sido mío y lo mío ha sido suyo, porque esta vez a dejado de ser una simple experiencia para convertirse en parte de mi.
Aunque a veces no todo está escrito en verso, ya que no es fácil hacer un amigo y en breve tiempo perderlo porque muere… reír con ellos y también verles llorar, y hasta llorar con ellos… enfermar gravemente y experimentar como ellos que no se encuentra solución, descubrir con dolor la injusticia de ser marcado por el lugar donde se nace. Sentirse impotente ante los problemas de los demás, pero vivirlos junto a ellos mirando de frente y de la mano. Vivir y sentir lo que Jesús sintió.
Descubrir la fragilidad humana y descubrir a la vez que en ella se encuentra nuestra riqueza. Descubrir que uno no es nada sin el otro. Compartir con la gente lo mejor que uno puede tener “la vida”, ¡qué bonito resulta y cuánto sentido tiene todo así, cuando esa vida se desgasta junto a los demás!
Aprender a querer pero a querer con corazón aceptando tanto virtudes como defectos, aprender a estar, aprender a aprender, a escuchar, a callar, a luchar, a aceptar…
Llego aquí y llego con muchas historias y aventuras que no podría enumerarlas, momentos de risas y alegrías increíbles, también de tristezas. Con un millón de amigos más y con dos familias la de España y la de Chad.
No paro de reír cuando recuerdo aquellas caminatas, varios kilómetros, a casa de mis amigos, ¡vaya charlas que teníamos por el camino!
También recuerdo aún esa sensación en el cuerpo y en el rostro de Guillaume cuando tuve que contarle que nuestro amigo Félix de 16 años murió…
Esos 8 días que estuve malo que ya no sabía ni que hacer.
Lo divertidas que eran las clases de guitarra y cuánto nos reíamos.
Esos partidos de fútbol que tanta expectación tenían, con ese ambiente tan peculiar.
Las noches de risas y charlas tan interesantes con los misioneros.
Esos trabajos que parecían que nunca iban a terminar.
Ese mercado tan peculiar y con tanto encanto, en el que ya me conocía la gente.
Esas vistas y esos paisajes inolvidables.
La sonrisa de los niños.
Ya lo he dicho algunas veces antes, sólo a travéss de los demás se puede vivir a Dios.
¿A qué esperáis?
Posdata sigo pensando en imperativo
¡Volveré!
Antonio José Gómez Pérez
Baena, Córdoba
0 comentarios :
Publicar un comentario