Tal es así que conocí a las
hermanas Espérence y Jannine - dos religiosas burundesas de la congregación
Bene Marya - y con tan solo convivir unos días con ellas en un campo de trabajo
de jóvenes en la misión de Djouman, ya hicimos una buena amistad y me han
invitado generosamente a pasar tres semanas en Burundi en su casa.
Esto supone para mí una riqueza
que me permite participar de nuevo activamente en la misión de la Iglesia,
acompañado por la espiritualidad de los padres javerianos de Carabanchel, que
también me han ayudado a preparar este viaje en colaboración con la Delegación
de Misiones dirigida por el Padre José María Calderón. Todos ellos se han preocupado
por facilitarme el viaje y la formación espiritual necesaria.
En Chad, aprendí una cosa muy
importante de los misioneros javerianos, estar todo el tiempo que pueda en
contacto con la gente del país. Esta es la actitud y motivo de mi viaje,
convivir con las religiosas, con las parroquias, visitar las misiones, conocer
las familias de Burundi y trabajar activamente a mi regreso por la misión,
porque desde que conocí este carisma es mi mayor deseo participar del mismo con
intensidad, verdaderamente merece la pena trabajar por que el evangelio sea
conocido en todo el mundo.
Miguel Ángel Díez
Tascón, Delegación de Misiones de Madrid que va a Burundi
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