Francisco Javier Martínez Rodrigo, sx en Brasil.
Ordenación presbiteral del misionero Javier Martínez
En vísperas de una de las Jornadas misioneras por excelencia
(la Infancia Misionera) el joven soriano Francisco Javier Martínez Rodrigo,
misionero javeriano, será ordenado sacerdote por Mons. Melgar Viciosa en la
parroquia de El Salvador, de Soria, el sábado 26 de enero a las seis de la
tarde. Al día siguiente, domingo 27, presidirá por vez primera la Santa Misa en
la parroquia de Ólvega, celebración que dará comienzo al mediodía.
El neo-presbítero realizó sus estudios filosóficos y
teológicos en el Seminario diocesano, de El Burgo de Osma, si bien la
Providencia le hizo finalmente emitir su Profesión solemne en la congregación
misionera de los javerianos, fundada por San Guido Mª Conforti.
¿Cómo surgió tu vocación misionera?
La vocación misionera, como cualquier otro tipo de vocación,
no se entiende sin referencia a la primera vocación que es la llamada a la vida
cristiana, a vivir el Evangelio, a la fe. En este sentido, ya desde la niñez
fue determinante el testimonio de mi familia, la participación en las
catequesis y vida de la parroquia de mi pueblo de Ólvega y, muy especialmente,
mi paso por nuestro Seminario diocesano "Santo Domingo de Guzmán".
Para mí, el Seminario fue "escuela de vida cristiana", ámbito
privilegiado para escuchar la voz de Dios y hacer discernimiento vocacional. La
tarea de formadores y compañeros hizo posible todo esto, así como el contacto
con la vida del pueblo soriano y la participación en los acontecimientos de la
vida diocesana.
La inquietud misionera surgió bien temprano, desde la escucha
siendo niño de la experiencia del misionero comboniano Santiago en Ólvega, la
visita de misioneros a nuestro Seminario y, especialmente, las experiencias
vividas siendo seminarista mayor en República Dominicana y en Bolivia.
Francisco Javier firmando su fórmula de profesión religiosa en la Familia Javeriana y sellando así su consagración de por vida con el voto de misión. El día después del DOMUND 2011, en el altar mayor de la Basílica de San Pablo extramuros de Roma, durante la Eucaristía de Acción de Gracias por la canonización de San Guido María Conforti.
¿Por qué los misioneros javerianos?
En el discernimiento vocacional que yo hacía junto a mi
acompañante espiritual fue especialmente significativa la participación en una
Javierada (peregrinación al santuario de Javier) organizada por la Diócesis.
Aquella experiencia fue decisiva para entrar en contacto con una congregación
misionera que estuviera inspirada en la figura del gran misionero navarro
Francisco Javier. Fue así de esta manera como entré en contacto con los
misioneros javerianos.
¿Cuál ha sido tu itinerario con los misioneros javerianos?
Primeramente tuve un año de conocimiento mutuo, participando
en algunas actividades, visitando sus comunidades, recibiendo la visita donde
vivía de algunos javerianos… Después, en mi caso, hice la etapa del
postulantado en Madrid, durante un año. La siguiente etapa es la del noviciado:
dos años viví en Italia, en las ciudades de Ancona y Udine. Al término de este
periodo, en 2007 emití los primeros votos religiosos. En octubre de ese mismo
año llegué al norte de Brasil, en plena selva amazónica; allí compartí la vida
del pueblo amazónico por tres años. En octubre de 2011 realicé en Roma la
Profesión perpetua con los misioneros javerianos, en el marco de la
canonización de nuestro fundador, Guido María Conforti. Este último año vivido
en España ha estado fundamentalmente dedicado a los estudios, elaborando una
tesina para obtener la especialización en Teología Pastoral. Ahora, con gran
alegría, espero la Ordenación presbiteral que tendrá lugar el 26 de enero,
sábado a las 18.00 horas en la parroquia de "El Salvador" de la
ciudad de Soria. Celebraré la primera Misa en la parroquia de "Santa María
la Mayor", de Ólvega, al día siguiente a las 12.00 horas.
Javier, su familia, los javerianos y amigos de los javerianos en el atrio de San Pablo extramuros de Roma.
¿Qué recuerdos tienes de tu experiencia vivida en Brasil?
Lo que primeramente me viene a la mente es el rostro de
personas concretas y su situación, que revela los males y problemas sociales
que allí existen. Pienso en Doña María, analfabeta, que trabaja en una hacienda
alejada del núcleo urbano en condiciones degradantes; en Deusa que sufre la
violencia y los malos tratos de su compañero; en seu Pedro, invalido, que vive
en una cabaña sin terminar; en Silvana, enferma, abandonada por su marido y que
hay días que no tiene que dar de comer a sus hijos; en Bidú, joven que se introdujo
en el mundo del tráfico de drogas y murió asesinado…y en tantos otros.
Considero el mundo de los pobres, sus problemas y sus luchas como el lugar más
apto para la vivencia de la fe en Jesús y para la correspondiente práctica del
"seguimiento".
¿Qué dirías a los diocesanos de Osma-Soria pocos días antes
de tu Ordenación?
En primer lugar que me siento uno más; me encantaría expresar
mi sentimiento de agradecimiento. Deseo todo lo mejor en este Año de la fe y en
este proceso de Misión diocesana en el que nos encontramos. Como muy bien se ha
dicho, en estos momentos donde se busca una renovación de la fe y de la vida
diocesana, es fundamental tomar en serio los retos que supone la conversión
personal y eclesial, y encontrar cauces para una mejor vivencia y
profundización de la experiencia de fe. Todo ello llevará a una Iglesia más
viva y evangelizadora (misionera), tal como se propuso el último Sínodo
diocesano.
0 comentarios :
Publicar un comentario