17/1/14

y ¿por qué yo no? Vigilia de Oración por las vocaciones


Bonitas preguntas que surgen cuando Dios va llamando a alguien para consagrarle su vida: y ¿por qué yo no? o algunas frases como "No le tengas miedo a la cruz de Cristo". Sin lugar a dudas el misterio de la vocación cristiana se enraíza en los corazones de los seres humanos. Siempre resulta sorprendente descubrir cómo cada uno es capaz de narrar el diálogo que ha hecho con Dios cuando se trata de llamada a seguirlo de cerca. Desde hace unos meses en la Vicaría VI de Madrid en colaboración con las Coordinaciones de Vocaciones, Misiones, las Clarisas franciscanas de General Ricardos y el grupo de Apostolado de la Oración se están llevando a cabo estos gestos de fe para orar al dueño de la mies para que siga enviando obreros a trabajar a su mies. Ahora ha tocado a la parroquia de San Miguel Arcángel de Carabanchel.

 
Esta vez, los dos testimonios han sido de misioneros: la franciscana misionera de María Lourdes Gavilondo que trabajó varios años en Corea del Sur y actualmente es Delegada de Misiones de Tui Vigo. Con sencillez nos narraba como ese "no tengas miedo a la cruz de Cristo" la invadió hasta que descubrió una dicha inmensa. Sí, nos decía, los jóvenes se enamoran, pues sí, joven uno se enamora de Cristo y puede seguir durante toda su vida así.
 
Por otro lado, el misionero comboniano de Madrid, del barrio de la Elipa, Juan Antonio Fraile, también él nos narró como al descubrir que un profesor, amigo suyo había dejado el magisterio para responderle a Dios se hizo la pregunta " ¿y por qué yo no?. Al principio de una manera inconsciente pero después no le dejaba hasta que se decidió. Nos ha hablado de la felicidad y paz que le dio esa respuesta. Ha hablado de dicha y felicidad incluso en momento de guerra en la República Democrática del Congo en dónde realizó su misión.
 
Dos testimonio sencillos y llenos de vida. Vividos dentro de una Eucaristía por la vocaciones, participando todos, como comunidad, y abiertos a Jesús que nos habla. Ciertamente la compañía de Jesús durante la adoración, las alabanzas y oraciones, los cantos y la meditación han dado espesor a nuestra oración. Sí, Señor te lo pedimos: "Envía más operarios para laborar en tu mies", "envía más misioneros y misioneras enamorados de ti que compartan la gracia de haberte encontrado y la alegría inmensa que das a la humanidad". Gracias por las respuestas de tantos consagrados y sacerdotes que con su vida se desgastan con alegría para compartir tu Evangelio. !Qué haya  muchos jóvenes, chicos y chicas que madurando su encuentro contigo terminen por decirte Sí!
 
Rolando Ruiz Durán sx
 
 
 


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