25/7/14

Estar todo el tiempo que pueda con la gente del país "Burundi"

En el verano de 2013 tuve mi primera experiencia misionera en Chad, fui acogido con mucho cariño por las comunidades cristianas y los misioneros, y me he dado cuenta de que es muy positivo abrirse a conocer al hermano en otros países o culturas y compartir nuestro tiempo y nuestra fe. Ellos me recibieron con una hospitalidad que me dejó impresionado.
Tal es así que conocí a las hermanas Espérence y Jannine - dos religiosas burundesas de la congregación Bene Marya - y con tan solo convivir unos días con ellas en un campo de trabajo de jóvenes en la misión de Djouman, ya hicimos una buena amistad y me han invitado generosamente a pasar tres semanas en Burundi en su casa.
Esto supone para mí una riqueza que me permite participar de nuevo activamente en la misión de la Iglesia, acompañado por la espiritualidad de los padres javerianos de Carabanchel, que también me han ayudado a preparar este viaje en colaboración con la Delegación de Misiones dirigida por el Padre José María Calderón. Todos ellos se han preocupado por facilitarme el viaje y la formación espiritual necesaria.
En Chad, aprendí una cosa muy importante de los misioneros javerianos, estar todo el tiempo que pueda en contacto con la gente del país. Esta es la actitud y motivo de mi viaje, convivir con las religiosas, con las parroquias, visitar las misiones, conocer las familias de Burundi y trabajar activamente a mi regreso por la misión, porque desde que conocí este carisma es mi mayor deseo participar del mismo con intensidad, verdaderamente merece la pena trabajar por que el evangelio sea conocido en todo el mundo.



Miguel Ángel Díez Tascón, Delegación de Misiones de Madrid que va a Burundi

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