Los misioneros españoles piden más
concienciación y recursos médicos La 'tribu' del auxilio humanitario
En Sierra Leona se cuentan con
los dedos de la mano los misioneros españoles
FERNANDO QUINTELA / Wouzee
Actualizado: 22/09/2014 06:43 horas
El padre Luis Pérez es uno de los
miembros de lo que se podría llamar "la tribu" del auxilio
humanitario. El del espíritu y el cuerpo.
wouzee.com
En Sierra Leona, uno de los
países más pobres del mundo, una región maravillosa de la que los colonos
ingleses huyeron por considerarla "la tumba del hombre blanco" por la
cantidad de enfermedades a las que se exponían y no superaban, se cuentan con
los dedos de la mano los misioneros españoles que se sacrifican por esos negros
esculturales hechos a golpe de trabajo y poco alimento.
Son todos míticos, como Chema
Caballero y su lucha por recuperar niños soldado, el Padre Garayoa y el propio
Padre Luis Pérez, que aguantaron la guerra más bestia y un secuestro duro y
cruel por parte de los rebeldes sanguinarios del RUF.
Son todos amigos, se preocupan
religiosamente los unos por los otros, y así hizo Luis con el Hermano Manuel
García Viejo, ya repatriado a España para su esperada curación. "Me
sorprende su contagio días después de haber fumigado y desinfectado su
hospital. Cuando ya no veía enfermos. Pasó 21 días de incertidumbre ante un
posible primer contagio y los contaba como los más largos de su vida",
recuerda desde Makeni.
El Padre Luis, misionero
Javeriano, cuenta con anormal normalidad cómo la población aún no se cree que
el ébola sea una enfermedad, sino que es obra de las "brujas
violadoras", o witchcraft, y de los "moriman", que son los
brujos en su versión masculina. Dos tipos de gente que ahora aprovechan la
ignorancia para hacer su agosto aunque algunos se encuentran de cara con la
muerte por tocar a los enfermos.
Luis cuenta cómo algunas familias
esconden a sus muertos debajo de las camas para que las patrullas destinadas a
detectar casos posibles de ébola no se los lleven los centros de internamiento,
saturados y posiblemente llenos de enfermos.
Han ajustado hasta sus leyes: si
no denuncias un caso conocido de ébola en tu familia, tu vecindario, y te
descubren... a la cárcel. Se han prohibido las aglomeraciones humanas: cines,
misas, discotecas, etc. Viven un estado de excepción muy particular.
El javeriano sólo ve una
solución: mejor concienciación y mejores recursos médicos. "Aquí hace
falta algo más que hombres con buena voluntad". Tengo la gran suerte de
conocer todos, y doy fe de que además de buena voluntad estos hombres, y muy
especialmente Manuel, son héroes de carne y hueso.
FUENTE Y PARA VER EL
VÍDEO y escuchar a Luis Pérez directamente. http://www.elmundo.es/solidaridad/2014/09/22/541f301d22601d56538b457e.html
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