Foto del misionero Marcos Delgado Arce sma, deseándonos una Feliz Navidad: el hijo de Lucrese en Benín.
Entrañable ternura divina.
En estos días, tan entrañables, en que celebramos la belleza de la ternura divina que se hace una con nuestra humanidad, nos alegramos de manera singular. Cristo, el Señor Jesús, se acerca a nosotros con inigualable amor: Siendo Dios dejó su condición divina para encarnarse en nuestra realidad poniendo su morada entre nosotros. El Dios invisible se hace visible en su Hijo. Se acerca a todos los rincones de nuestras humanidad. También se acerca a aquellas sombras de la existencia humana en dónde hay sufrimiento y dolor. Y ahí nos anima de manera inesperada e indescriptible, siembra una esperanza que cuando se enraíza en nuestros corazones, nadie puede arrancar tan fácilmente, porque infunde una alegría interior que nadie, ni nada puede otorgar. Se une de modo tan admirable a nosotros que corremos el riesgo de no percibirlo.
Misterio insondable.
Por ello brota en nosotros "un no sé qué" que habla de la profundidad del misterio que nunca llegaremos a penetrar completamente, pero que estamos llamados a acoger en nuestra vida. Ver su presencia en nuestra vida, en nuestro alrededor, en nuestra humanidad se convierte en itinerario y meta de crecimiento cristiano. Nos procura una luz que ilumina las tinieblas que a veces por ser "tan resplandecientes" nos impiden percibir su presencia. Una presencia que se insinúa en la naturaleza y en cada ser humano. Una presencia constante también en su Iglesia, la cual acompaña gracias a su encarnación y al influjo del Espíritu Santo.
Esperanza en las contrariedades.
En la
encarnación del Hijo de Dios nace la única esperanza capaz de dar sentido a
toda vida humana y de sembrar dicha a pesar de contrariedades. La ternura
divina mezclada de fragilidad invita a la adoración y abre al enternecimiento
por el otro con dimensiones misioneras, así como Cristo lo ha hecho.
Deseo de transmitirlo.
Nella foto di Marcos Delgado Arce vedo e ammiro la cura affettuosa della madre, che ha collocato il bambino a suo agio, ben coperto e protetto: sono pareti povere, di cartone, ma sono pulite, dignitose, piene di tenerezza! Marcello Storgato, sx (Brescia - Italia).
ResponderEliminarMuchas gracias por haceros echo de mi felicitación que decia :
ResponderEliminarHola a todos
la verdad es que tengo muchas palabras ni discursos que hacer decir
asi que os envio la foto del hijo de Lucrese, la mama donde hago las
compras. ¡ Ojala todos encuentren esa caja para descansar ! cuando le
ví pensé: Es el establo del siglo XXI,
¡Y alli le encontré yo!.
Feliz Navidad
marcos@misionesafricanas.org (SMA)