26/12/12

Navidad Misionera

Foto del misionero Marcos Delgado Arce sma, deseándonos una Feliz Navidad: el hijo de Lucrese en Benín.

Entrañable ternura divina.
En estos días, tan entrañables, en que celebramos la belleza de la ternura divina que se hace una con nuestra humanidad, nos alegramos de manera singular. Cristo, el Señor Jesús, se acerca a nosotros con inigualable amor: Siendo Dios dejó su condición divina para encarnarse en nuestra realidad poniendo su morada entre nosotros. El Dios invisible se hace visible en su Hijo. Se acerca a todos los rincones de nuestras humanidad. También se acerca a aquellas sombras de la existencia humana en dónde hay sufrimiento y dolor.  Y ahí nos anima de manera inesperada e indescriptible, siembra una esperanza que cuando se enraíza en nuestros corazones, nadie puede arrancar tan fácilmente, porque infunde una alegría interior que nadie, ni nada puede otorgar. Se une de  modo tan admirable a nosotros que corremos el riesgo de no percibirlo. 
Misterio insondable.
Por ello brota en nosotros "un no sé qué" que habla de la profundidad del misterio que nunca llegaremos a penetrar completamente, pero que estamos llamados a acoger en nuestra vida. Ver su presencia en nuestra vida, en nuestro alrededor, en nuestra humanidad se convierte en itinerario y meta de crecimiento cristiano. Nos procura una luz que ilumina las tinieblas que a veces por ser "tan resplandecientes" nos impiden percibir su presencia. Una presencia que se insinúa en la naturaleza y en cada ser humano. Una presencia constante también en su Iglesia, la cual acompaña gracias a su encarnación y al influjo del Espíritu Santo.
 Esperanza en las contrariedades.
En la encarnación del Hijo de Dios nace la única esperanza capaz de dar sentido a toda vida humana y de sembrar dicha a pesar de contrariedades. La ternura divina mezclada de fragilidad invita a la adoración y abre al enternecimiento por el otro con dimensiones misioneras, así como Cristo lo ha hecho 
Deseo de transmitirlo.
Ciertamente de la penetración de este misterio nace el deseo de hacer nuestros los sentimientos que llevaron a Cristo a encarnarse. La pasión por el ser humano, la pasión por todo ser humano y una pasión que nace por los seres humanos que están más lejos de nosotros. No podemos vivir con el egoísmo, aunque sea inconsciente, de contentarnos con transmitir esta alegría a los más cercanos. Estamos invitados a salir de nosotros mismos, de nuestra propia Iglesia de origen, de nuestra propia familia y lengua para ir al encuentro del ser humano que aún no ha tenido la gracia de encontrarse con Cristo de manera consciente. Allí se experimenta el envío del Señor a todos los pueblos de la tierra, la itinerancia del peregrinar evangélico hacia todos los rincones de la tierra.
 Los misioneros.
 Los misioneros, ellos y ellas, se encuentran en todos esos lugares, lejanos de nosotros y anunciando la Alegría comunicada en Belén a un grupo de pastores que se encontraban en la noche ahí: No temáis, mirad, que os doy una Buena Noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy os ha nacido en la ciudad de David el Salvador, el Mesías y Señor (Lc 2,10-11). Y por ello, hay otros ángeles que podemos llamar misioneros y misioneras, ellos y ellas, esparcidos en los cinco continentes han tenido la gracia de salir de sí mismos para ir a comunicar esta gran alegría.
 Un año de fe.
 Precisamente en este año de fe podemos vivir con nuevo ardor el espíritu de la misión de la Iglesia, cuya única razón de ser es la de Evangelizar. Es muy bonita para este propósito la frase del obispo misionero san Guido María Conforti: "Solo la fe es madre fecunda de felicidad". Pues sí, esa fe en el Hijo de Dios encarnado procura la felicidad. 
!Que el espíritu de la misión Ad Gentes impregne cada uno de los que hemos dicho sí al seguimiento de Cristo, el Verbo humanado, y que él nos permita abrirnos a los demás tal y cómo él lo ha hecho¡ 
Rolando Ruiz Duran sx

2 comentarios :

  1. Nella foto di Marcos Delgado Arce vedo e ammiro la cura affettuosa della madre, che ha collocato il bambino a suo agio, ben coperto e protetto: sono pareti povere, di cartone, ma sono pulite, dignitose, piene di tenerezza! Marcello Storgato, sx (Brescia - Italia).

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  2. Muchas gracias por haceros echo de mi felicitación que decia :
    Hola a todos
    la verdad es que tengo muchas palabras ni discursos que hacer decir
    asi que os envio la foto del hijo de Lucrese, la mama donde hago las
    compras. ¡ Ojala todos encuentren esa caja para descansar ! cuando le
    ví pensé: Es el establo del siglo XXI,
    ¡Y alli le encontré yo!.
    Feliz Navidad

    marcos@misionesafricanas.org (SMA)

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