Familia Javeriana
Como todos los años aquí estamos
reunida la Familia Javeriana Madrileña, no estamos todos, pero a todos
representamos, estoy hablando yo, pero cualquiera de vosotros podría expresar
los mismos sentimientos y alegría que esta tarde todos tenemos por encontrarnos
aquí.
Cada año pasamos una tarde juntos:
nos encontramos, nos volvemos a ver, hablamos de la Familia y la misión
Javeriana (que es la de la toda la Iglesia) y celebramos la alegría y lo bueno
que es creer en Jesús que quisiéramos que por todo el mundo fuera conocido.
Una tarde juntos que expresa,
resume y condensa lo que nos ha unido todo el año y todos los años: el afecto y
la amistad recíproca, el sentido de pertenencia a la Familia Javeriana, nuestra
pasión por Cristo y por el bien de la humanidad, la admiración por San
Francisco Javier y por San Guido María Conforti a los cuales debemos el ser
Familia Javeriana.
Cuando Monseñor Conforti escribe lo
que se llama “Carta testamento” y que es su testamento espiritual misionero
dice que “la característica de los miembros presentes y futuros de nuestro
Instituto (y nuestra Familia Javeriana) debe ser: espíritu de viva fe que nos
haga ver a Dios, Buscar a Dios y amar a Dios en todas las cosas, avivando en
nosotros el anhelo de propagar su Reino por todas partes y espíritu de amor
intenso a nuestra familia y de caridad a toda prueba para todos los miembros
que la componen”. En esto estamos y esto queremos vivir todos los que aquí nos
encontramos.
Y Monseñor Conforti termina dicha
carta diciendo; “Y en este momento en el
que se me ofrece a la vista toda la grandeza de la causa que nos junta en una
sola Familia, abrazo con efusión cordial, como si estuvieran aquí presentes, a
cuantos ya son de nuestra Familia y a todos los que a ella pertenecerán en el
futuro, para todos imploro de Dios el espíritu de los Apóstoles”.
¡Ya veis! San Guido María Conforti
ya pensaba en nosotros…NOS DAMOS LA BIENVENIDA RECÍPROCAMENTE, esperando, como
él deseaba, que en todos nosotros crezca y se manifieste el ESPÍRITU DE LOS APÓSTOLES
desde nuestra pertenencia a la FAMILIA JAVERIANA.
Estuvimos pasando la tarde en familia todos juntos. Nos enseñasteis la vida en las misiones, vuestro trabajo y el amor y la alegria que dais a todos los que tienen la suerte de encontraros (como nosotros). Ojala este mundo fuera justo y no hubiera tantas diferencias, pero gracias a vosotros muchos desfavorecidos del mundo se sienten valorados y queridos. Que Dios os bendiga y nos de fuerzas a todos para lograr un mundo donde la solidaridad y la amistad entre pueblos sea el fin de nuestra vida. Un saludo.
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