1/8/13

Te volvían a llenar el corazón, dando siempre más de lo que tú les podías dar


Hola soy Ginés y os voy a intentar contar lo que ha sido mi misión, aunque nunca podré trasmitirla, pues eso hay que vivirlo, es la única manera de sentir el amor de Dios, el cual es trasmitido tanto por las personas que viven en picota, como en los pueblos de alrededor en esas humildes casitas en mitad de la selva. 

La ida fue muy ilusionante, y a pesar de mi nerviosismo, estaba muy tranquilo, había una paz en mi interior que sin duda era proporcionada por nuestro Señor. Con la llegada a Picota nos encontramos a unos hermanos, los cuales estaban muy lejos, pero compartiendo el amor a Jesús, nuestro señor, era como si nos conociésemos de toda la vida, a través de nuestra religión. El cariño, al alegría y el amor que nos trasmitieron es imborrable en el recuerdo de nuestra misión.

El retiro en Chamboyaco, que nos dio el padre Juan Ropero, no fue otra cosa más bonita que tener a nuestro Dios y nuestra madre, viviéndolo con nosotros, sintiéndolos al lado mismo y sobre todo muy dentro de mi corazón.

Llego la primera salida a los pueblos de la selva, con qué paz, ilusión y amor me guiaba nuestro padre y nuestra madre, la virgen María. El primer pueblo fue Capirona, repletos de ilusión y amor llegamos los padres Leopoldo y Nicolás y los laicos Modesto, Ginés, Lourdes y Elena. En cambio sin comparamos, no fue nada lo que dimos en relación con lo que recibimos, cariño, humildad, sencillez, ya nos empezábamos a enriquecer con las personas tan humildes que habitaban dicha selva, llegaron otros; el Porvenir, el Líbano, y en cada uno de ellos el orden del día era la pobreza en comida y en enseres materiales, pero qué ricos en amor hacia el prójimo, a Dios y a nuestra madre, María. muy enriquecedora fue la vivencia con los animadores, ¡Qué bonito! ( como dicen ellos), vivir esos tres días por la selva, a veces medio perdidos, pero sólo de orientación geográfica pues siempre nos guiaba nuestro señor, él siempre estaba allí.

Otro pueblo más, Corazón de Jesús y otro ejemplo más de fe y confianza. Llovió nosotros estábamos preocupados, nos encontramos a una madres con sus hijos y les pregunté que si vivían cerca y sus respuesta fue a dos o tres horas a pie, nuevamente que muestra de fe nos dieron.

Hacia Nuevo Lambayeque, camino duro, pero con al presencia de Jesús y María el cansancio es mucho más llevadero, en cada pueblo nos llenábamos con esa fuerza que nos trasmitían, nos llenaban de fuerza y cariño para la próxima misión.

Qué bonito fue visitar enfermos y evangelizar en Guille, quizás para mí fue sin duda lo más duro, pero con el corazón lleno de Dios todo se consigue, esa visita a los colegios y al comedor, al ver como te miran esos niños, esos que te llenan tanto, que la emoción te salen por la piel, con qué amor te abrazan, te daban un beso, eso es imborrable.

Tengo que decir también la gran familia, la cual se formó en la casa, a pesar de ser cada uno de forma de ser muy diferente a los demás, destacando el cariño de los dos sacerdotes que allí estaban, sin olvidar todos los demás que andaban por al casa, fue una convivencia para contar, donde reinaba la felicidad y la alegría.

Llegó la segunda salida a los pueblos, un poco más pensativos pero siempre ilusionados, camino difíciles pero no imposible,s lo que no se hacia en coche, se hacía en mula o andando, siempre viviendo con la presencia de los animadores, dando amor, ilusión y cariño, en definitiva, todo lo que tenias, te volvían a llenar el corazón, dando siempre más de lo que tú les podías dar.

A ellos gracias, a la gente de Picota, pueblos de alrededor y casitas de la selva por dejarme vivir esta misión y llenarme de tanto amor, ilusión y alegría y sobre todo de esa fe y confianza que me habéis dado, gracias sobre todo a mi Señor Jesús por entrar en mi corazón y en el de mi mujer, por haberme llevado a esta misión, la cual, sin duda, tó me has encomendado, porque sin ti, Jesús y tu madre, María no la podría haber realizado, por tanto; GRACIAS.

 Ginés Méndez Cobos

 Valenzuela, Córdoba


 
 
Ginés ha estado en la misión diocesana de Moyobamba en Picota Perú. Acompañado por varios laicos y dos sacerdotes de la diócesis de Córdoba y coordinados por la Delegaciones de Misiones de Córdoba.


 
 

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