7/3/14

Toda vocación nace de Cristo, oración por las vocaciones.



Toda vocación nace de Cristo: el sacerdocio, la vida religiosa, el matrimonio, la misión.
El jueves 6 de marzo hemos vivido una vez más en la Vicaría VI de Madrid,  la vigilia de oración por las vocaciones. Esta vez le ha tocado a la parroquia de Nuestra Señora del Aire del arciprestazgo del Santísimo Cristo del Amor. En nuestra vigilia han brotado varias cosas:
  a) Dios nos llama con amor para ser felices y además para servir.
 b) La vocación sacerdotal, religiosa y matrimonial son para el servicio de la comunidad.

Hemos celebrado una Eucaristía en la que hemos pedido al Señor por las vocaciones; seguida de dos testimonios, el de Rolando Ruiz, sacerdote misionero y religioso y el de la pareja de Roberto y Tamara. Uno nos habló de lo bonito que es descubrir a Dios e ir viendo los signos que él nos da en el camino de nuestra vida y en respuesta a su llamada. Ha sido igualmente bonito escuchar a Tamara que describía como el matrimonio es una llamada de Dios para vivir el amor en dónde Cristo da sentido al mismo amor de pareja y abierto a la comunidad. Roberto por su parte ha ahondado en el sentido profundo del matrimonio como vocación y respuesta a Dios.


Después de los testimonios, la adoración ha dado mucho sentido a nuestra oración. Sabemos que nosotros contemplamos al Señor y en el silencio le pedimos para que haga brotar más respuestas jóvenes a su llamada.



Oración por las vocaciones
Padre santo, fuente perenne de la existencia y el amor, que en el hombre viviente muestras el esplendor de tu gloria, y pones en su corazón la simiente de tu llamada, haz que, ninguno, por negligencia nuestra, ignore este don o lo pierda, sino que todos con plena generosidad, puedan caminar hacia la realización de tu Amor.

Señor Jesús, que en tu peregrinar por los camino de Palestina, has elegido y llamado a tus apóstoles y les has confiando la tarea de predicar el Evangelio, apacentar a los fieles, celebrar el culto divino, haz que no falten a tu Iglesia numerosos y santos sacerdotes, que lleven a todos los frutos de tu muerte y de tu resurrección.

Espíritu Santo que santificas a la Iglesia con la constante dádiva de tus dones, introduce en el corazón de los llamados a la vida consagrada una íntima y fuerte pasión por el Reino, para que con un sí generoso e incondicional, pongan su existencia al servicio del Evangelio.

Virgen Santísima que sin dudar te has ofrecido al Omnipotente para la actuación de su designio de salvación, infunde confianza en el corazón de los jóvenes para que haya  siempre pastores celosos, que guíen al pueblo cristiano por el camino de la vida, y almas consagradas que sepan testimoniar en la castidad, en la pobreza y en la obediencia la presencia liberadora de tu Hijo resucitado.

Señor Jesús que has dado al hombre y a la mujer la vocación del matrimonio con el fin de ser una sola carne y testimoniar al mundo como es tu amor por la Iglesia, te pedimos matrimonios santos, generosos, que sepan hacer de sus vidas una ofrenda agradable a Ti. Haz que cuiden las vocaciones de sus hijos y que sean en medio de tu Iglesia portadores de la alegría del Evangelio.
Concédenos misioneros Señor, hombres y mujeres que dejándolo todo muestren al mundo tu rostro misericordioso.
Amen.

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