He tenido la ocasión de estar en
Chile, Perú y Australia, además de en algunos lugares de Europa, compartiendo
la fe con otros hermanos. Siempre la motivación ha sido la misma: ayudar a
otros (material y espiritualmente) y conocer una realidad distinta de la mía.
Objetivos muy bonitos pero a la vez muy egoístas porque siempre me iba buscando
a mí. Sin embargo el Señor, que es muy bueno y misericordioso, me ha ido
haciendo ver cómo a través del “otro” podía encontrarle a Él. Después de cada
viaje aumentaba en mí el deseo de aprender de mis hermanos y sobre todo de
convivir con ellos. El encuentro con ellos me ha ayudado a descubrir que Dios
me quiere tal y como soy, y a respetar y ser más comprensiva con los que me
rodean. He visto la ternura con la que Dios les miraba y he podido oír la voz
de Dios diciéndome: <<Almudena, quiero que seas instrumento para ellos,
para que conozcan el amor que les tengo>>. Y así ha sido, pues esta vez
no he sido yo la que he buscado dónde ir o qué hacer este verano, sino que la
Iglesia, por medio de los misioneros javerianos, ha venido a proponerme un
encuentro con la misión. Y digo encuentro porque esta vez es diferente, no soy
yo la que va a darse, sino que se me pide que comparta el gozo y la alegría de
haber conocido a Jesucristo, y… ¿cómo negarme a esto? Se me invita a compartir
la misma vida de los misioneros que están al pie del cañón, a ser uno de ellos…
¡para y por mis hermanos! ¡Es Dios quien sale a mi encuentro! Será una vivencia
nueva, fuerte, diferente… África es muy distinta de lo que yo conozco, el
idioma puede ser un obstáculo, pero gracias a todo lo vivido anteriormente
ahora puedo dar un sí generoso que comprometa mi vida hasta donde Dios quiera.
Voy porque me lo pide la Iglesia, voy para encontrarme con Cristo, voy, porque
no puedo callarme la alegría de haberle conocido.
Almudena López de la Ossa (Alcalá de Henares que irá a Chad)
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