La fiesta de los Reyes Magos (Epifanía) que aquí se
celebra no se parece a la que nosotros celebramos: no hay cena extraordinaria,
ni regalos, ni cabalgata, ni reyes…, prácticamente es una fiesta que no existe;
salvo a nivel religiosos-celebrativo, celebrando la Eucaristía de la Epifanía del Señor (el domingo 4
de enero) y recordando que la Salvación que Jesús nos ofrece es para todo el
mundo: personas, grupos, culturas, que es Universal y que, por lo tanto, la Iglesia es Misionera. Todos los que creemos en Jesús
y vivimos unidos e identificados con Él somos misioneros.
El
año 2014 lo hemos terminado extremando las medidas de prevención, el gobierno
decretó toque de queda en la Noche Vieja para evitar contactos-contagios, con
ello la fiesta quedó un tanto aguada con un cierto pesar de la gente: aquí,
como en muchas partes, el fin de año y comienzo de nuevo, es una fiesta alegre,
bulliciosa, que congrega personas en las calles y en lugares establecidos para
cantar, beber, bailar, y pasar las «horas de tránsito» de
uno al otro año en festiva reunión…, este año no ha podido ser; en todo caso,
en muchas casas (cada uno en la suya), se pudo escuchar música a buen volumen
hasta altas horas de la madrugada, la gente no se resigna del todo
a perder la alegría de la fiesta y, dentro de las
restricciones, se hace lo que se puede.
El
año comienza y la presencia del virus del ébola continua,
con fecha de hoy las cifras oficiales, dadas por el Ministerio de Salud, nos
informan que, desde el comienzo de la epidemia, va a hacer casi un año, los afectados han sido unos 8.000, los muertos más de 2.800, los
afectados que han sido tratados y se ha curado unos 2.000. En los
primeros días de este mes se ha dado una media de 35 afectados en el país y las
muertes siguen… La reorganización de la Sanidad Local y la llegada de la ayuda
internacional han proporcionado más personal, estructuras y medios para luchar
contra la epidemia, las personas que se salvan al ser tratadas son más; no
obstante la incidencia del virus se resiste a remitir y parece que harán falta
algunos meses más para erradicarle.
La esperanza es la última que se pierde, las ganas de vivir y de ir
adelante se resisten a dejarse aplastar por el pesimismo o la
desesperación; por ello comenzando el año se está pensando en abrir escuelas,
relanzar planes pastorales, recomenzar actividades…, por ahora es un deseo, una
esperanza, habrá que esperar un poco a que las circunstancias permitan hacer
todo ello con seguridad, habrá que ganarle más batallas al ébola, habrá que
vencer esta «guerra».
Carta
de los Reyes Magos, deseos para el año nuevo que comienza.., en nuestro caso
los anhelos, las esperanzas, las peticiones y los deseos de futuro se centran
en lo mismo: QUE EL ÉBOLA DESAPAREZCA. Que, poco a poco,
Sierra Leona (y los demás Países) pueda cerrar este capítulo de sufrimiento y
muerte; que todos los aspectos de la vida de las personas y de la sociedad se
vayan normalizando; que la esperanza que existe en la gente se haga realidad lo
antes posible; que la alegría de vivir, siempre presente en esta sociedad y
pueblo, deje de estar empañada por la presencia nefasta de este virus que está
causando tanto sufrimiento.
La
comunidad cristiana sigue trabajando por mantener la esperanza, viviendo y celebrando su fe y la fraternidad que
nos une, así como sigue tratando de mostrar cercanía y apoyo recíproco y a
aquellos que se van viendo afectados por el ébola. Esta mañana, dos compañeros
con varias personas de la parroquia, han ido a visitar dos aldeas,
pertenecientes a la parroquia: Mabuya, con siete casas puestas en aislamiento
(casi la mitad de la aldea) y Masongbo; en total unas 53 personas que estarán aisladas 21 días para vigilar su
estado sanitario. Es un primer encuentro para ofrecer apoyo,
cercanía, seguimiento…, mañana iremos con Caritas para programar el apoyo que
se puede ofrecer a estas familias en estas tres semanas en que no pueden
moverse de sus casas.
Como ven la vida sigue, nosotros con
ella, todos tratando de que sea cada vez más digna, más fraterna, más según el
pensamiento de Dios. Todos seguimos adelante con esperanza, confiados en el
Señor, en la fraternidad que nos une y en lo que juntos podemos hacer para el
bien de todos en cualquier circunstancia.
Les deseo un Año Nuevo lleno de la
cercanía y de las bendiciones del Señor, un año en el cual crezca la
fraternidad universal, la solidaridad, el hacernos cargo –con alegría- los unos
de los otros para el bien de todos.
Hasta la próxima, que espero sea cuando
pueda decirles que el ébola no existe y que la vida comienza a ser distinta.
Saludos.
P. Luis Pérez Hernández s.x.
Misionero Javeriano en Sierra Leona´
Quería dar las gracias al P. Luis porque con sus palabras hemos conocido el sufrimiento y el dolor que padece la población de estos países que tienen el ébola. Nuestro deseo es que muy pronto pueda escribirnos una carta donde nos diga que la enfermedad ha terminado y que ya pueden empezar a recobrar "la normalidad" en sus vidas.
ResponderEliminarMucho ánimo.
que se está viviendo en es ue sus deseos para este nuevo año se cumplan muy pronto y nos pueda escribir