Celebramos 150 años del nacimiento de San Guido María Conforti
que vio la luz el 30 de marzo de 1865. Desde niño hasta obispo misionero en la
adultez, transcurre toda su vida en un diálogo silencioso y contemplativo con
Aquel que gradualmente se convirtió en el centro de su vida, Jesucristo
misionero del Padre.
Su característica misionera por excelencia, fue aquella de
ser maestro en el proponer a Jesucristo como único y suficiente modelo de vida
para todos.
Jesús ocupaba toda su mirada, todo su corazón, toda su mente, toda su acción
pastoral, todos sus compromisos como Fundador. Su entrega a la misión es memorable
y admirada porque se cimentó en una opción de fe y en un compromiso de amor por
Jesucristo y su Evangelio.
Fundador y padre de misioneros antes de ser obispo, hizo
fructificar su vocación infantil y su encuentro juvenil con San Francisco
Javier en una entrega total al anuncio del Evangelio a los que no lo conocen.
Su pasión por el anuncio y en particular por el primer anuncio, la vivió de una
forma tan connatural a su fe que, sin descuidar sus deberes de obispo, abrió su
capacidad de amar, que su corazón podría combinar los cuidados de su grey en
Italia junto con el ansia misionera por las primeras comunidades que sus
misioneros hacían nacer en China. Así nutría su sueño de hacer el mundo una
sola familia.
A 150 años de su nacimiento, las exigencias de la misión
pueden ser otras, pero su celo misionero, que siempre quiso que encendiera
también el corazón de sus hijos, no cambia; su sueño sigue vigente, su proyecto
misionero no ha perdido actualidad. Hoy, en 20 países de 4 continentes todos
los de su alargada familia misionera (Javerianos, Javerianas, Laicado Javeriano),
fieles a las preferencias de Cristo, se dirigen entre los no cristianos, a los
destinatarios privilegiados del Reino: los pobres, los débiles, los marginados
por la sociedad, las víctimas de la opresión y de la injusticia.
A 150 años del nacimiento de San Guido María Conforti,
muchos pueblos y culturas agradecen a Dios por haberlo dado a los Misioneros
Javerianos como Padre, a las Iglesia como Pastor y Misionero, a todos como
ejemplo de virtud y modelo de santidad. Los lemas que lo impulsaron a lo largo
de su vida: “Cristo en todas las cosas” y “El amor de Cristo nos apremia”
sigan inspirando los corazones de muchos a una entrega de total amor a Cristo y
su Evangelio. Y que la expresión más alta de sus deseos y plegarias esté
siempre presente en nuestros labios y compromisos cotidianos: “Sea
por todos conocido y amado nuestro Señor Jesucristo”.
Juan Antonio Flores Osuna sx
Breve cronología
Confortiana: Una vida para la misión.
1872-1876 mientras estudiaba la primaria en la
ciudad de Parma, de camino a la escuela entraba al Oratorio de la Paz para
rezar delante de un Cristo que se hallaba en ese lugar. Durante ese periodo
tiene los primeros encuentros con aquel Cristo, que como le gustaba recordar, “me
ha dado mi vocación”, y “yo lo miraba y él me miraba, y parecía
decirme tantas cosas”.
1879-1881 en el seminario Diocesano de Parma,
hace suyo el ideal misionero de San Francisco Javier, leyendo la biografía de
este gran apóstol.
1888 el 22 de septiembre es ordenado
sacerdote, y al día siguiente celebra su primera misa en Fontanellato, en el
santuario de la Virgen del Rosario, a quien debe su curación de una grave
enfermedad.
1895 el 3 de diciembre inaugura al lado
de la Catedral de Parma, en la calle Borgo Leon d’Oro, el Seminario Emiliano
para las Misiones Extranjeras, dedicado al patrono San Francisco Javier, hoy
Misioneros Javerianos.
1902 el 11 de junio hace sus votos
religiosos y consagra su vida a Dios para el anuncio de Cristo a lo que no lo
conocen y es consagrado Arzobispo de Rávena.
1904 el 22 de octubre deja la
Archidiócesis de Rávena, obligado a la dimisión por motivos de salud.
1908 el 25 de marzo asume el gobierno de
la Diócesis de Parma. El 8 de diciembre inicia la primera de las cinco visitas
pastorales que hará en su diócesis.
1912 primer Congreso Eucarístico
Diocesano le seguirá el Congreso Catequístico Diocesano (1913), y dos Sínodos
diocesano (1914, 1930).
1916 el 25 de febrero se reúne en la
ciudad de Parma con el beato Pablo Manna del PIME, para la fundación de la
Unión Misional del Clero, de la cual será el presidente nacional por 9 años,
ahora es la Pontificia Unión Misionera.
1929 durante los meses de septiembre a
diciembre, visita a sus hijos misioneros en China.
1931 muere el 5 de noviembre en el
obispado de Parma. Es sepultado en la capilla de Santa Águeda de la Catedral de
Parma.
1942 el 8 de noviembre es trasladado su
cuerpo de la Catedral de Parma a la capilla de la Casa Madre de los Misioneros
Javerianos, con una gran participación del pueblo.
1996 el 17 de marzo San Juan Pablo II lo declara beato en la
Basílica de San Pedro.?
2011 el 23 de octubre, el Papa Benedicto
XVI lo declara Santo en la Basílica de San Pedro.
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