No ha sido por casualidad...
He descubierto a Dios... Sí, sí... lo he visto en tu rostro hermano, en tu
mirada, en tu sonrisa. He tenido la suerte de tocarte, abrazarte, y hablar
contigo. He sabido del sufrimiento, de tu dolor, me has mostrado tus cicatrices.
Vivir contigo ha sido tan real, que me asusté, y pensé “no puede ser que miles de años después estemos recorriendo el mismo
camino de la Pascua en 2016...” y todo era tan real como que estaba en El
Centro San Antonio del Inmigrante en Ceuta.
Me removieron en mis entrañas:
tu éxodo compartido por cientos y cientos de hermanos como vos, tu firme
propósito de salir de tu tierra instigado por las condiciones de vida tan
difíciles de sostener, y tu firme decisión de llegar a tu propia tierra
prometida, sabiendo que para llegar a ella no te lo vamos a poner fácil y que
probablemente en ello te vaya la vida, porque son demasiadas las zancadillas.
Pero tu seguridad y tu certeza me abruman.... “Dios viene conmigo”.
Descubrirte y tratarte tal
cual ha sido fantástico, he sufrido no voy a negarlo, nadie esta
acostumbrada al dolor, pero manifestarte proporcionando las fuerzas
inimaginables cuando pensabas que todo estaba perdido, revelarte en la
oscuridad como el único agarradero, y aparecer como por casualidad en el
desierto para ofrecer esa mano amiga... me
ha hecho reconocerte al instante “Dios
está ahí”.
Sentirte a mi lado, me ha
hecho vivirte con paz, aunque tengo que reconocer, que en muchos momentos me
inquieté y me sentí perdida, indignada y no sé cuántas cosas más, o era capaz
de reconocerte, hasta que al partir y compartir el pan, me sentí acogida y acompañada
y me reafirme que solos no somos nadie, que necesitamos del otro y del Otro, y
que en nuestro camino tenemos que ir acompañados para que seamos capaces de
iluminar nuestra mirada para ver la luz tras la oscuridad, aun cuando tenga que
dejarte... “Tengo que seguir mi camino”.
Y cuando más te disfrute fue
en la alegría, en las risas, en los abrazos, al estrechar las manos, en las
poses de las fotografías, en tu dejarte entender aun sin palabras, en los
silencios, en tus miradas, pero sobretodo te disfrute en la esperanza, la
esperanza de la resurrección, jamás pensé que esta Pascua me pudiera redimir
tanto de mi preocupación porque nunca te sientas solo ni abandonado, esa será
mi promesa renovada... “Seguir a tu lado...”
Bene Galán
Ceuta Pascua 2016
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