1/4/16

El amor puede cambiar al mundo... Pascua Misionera del Migrante

Esta Pascua ha sido muy especial. He podido sentir a Cristo muy cerca, como si le tuviese al lado, representado en cada uno de los hermanos con los que he compartido estos días tan especiales para nosotros, los cristianos; tanto en cada uno de los inmigrantes que con sus testimonios me representaban a ese Jesús crucificado, como en cada uno de mis compañeros de “viaje” en los que se me reflejaba a DIOS AMOR. Han sido días muy intensos, llenos de emociones de esas que te hacen vibrar por dentro, de compartir alegrías, cantos, risas, lágrimas, y ESPERANZA. Esperanza de que un mundo nuevo puede llegar, un mundo en el que todos nos sintamos hermanos, en el que no haya distinción por el lugar donde hayas nacido, por el color de tu piel, por tus rasgos o tus creencias.
El Señor me ha hablado en cada momento vivido, me ha hecho ver lo importante que es amar y dejarse amar por los demás, acogiendo y compartiendo los sufrimientos y las alegrías; lo importante que es sentir esa luz de la Vigilia Pascual, que es posible transformar un mundo de oscuridad en un mundo lleno de luz.
Me siento muy agradecida por haber tenido la oportunidad de participar en esta Pascua. Gracias a Rolando por su disponibilidad y entrega absoluta. Gracias a Maite y su familia por ser un testimonio admirable de HOSPITALIDAD. Gracias a cada una de las personas que han hecho posible que nos sintiésemos como una gran familia. GRACIAS.
Elena Pérez
Guadalajara



0 comentarios :

Publicar un comentario