La V Marcha Misionera Diocesana
de Córdoba, ha tenido lugar el sábado 23 de abril de 2016. Una alegría
misionera ha desbordado a ritmo de misericordia, tal y como el
lema rezaba. Nos hemos dado cita en la Finca Fuenreal para dar inicio. Este año
unos doscientos jóvenes han asistido. Sete, joven de Córdoba nos ha narrado
brevemente lo que ha vivido en la misión Diocesana de Picota Perú, su espíritu
y encuentro con ese don de la Misericordia, ella terminaba diciéndonos: “Todas
estas personas y estas vivencias… me ayudaron a tener un corazón misericordioso
para descubrir a Cristo en todas ellas. Los misioneros muestran su amor a Dios
así, dejándolo todo para acudir a la ayuda de nuestros hermanos en los países
en misión. Pero misión también es aquí. Nosotros también podemos contribuir a
la misión y ser como esos misioneros mediante pequeños gestos de amor, mediante
obras de misericordia”.
Don Miguel David ha preparado una
oración muy sentida en la que un joven se dirigía a la cruz y ha ido implicando
a otros jóvenes en el encuentro con la Cruz del Señor, poco a poco esos jóvenes
se unieron y nos hicieron rezar “Tras tus pasos, en camino, aprendiendo en
la marcha, en comunidad itinerante, te seguiremos, Señor, te seguiremos. Porque
tú tienes palabras de vida, que llegan al corazón y descubren nuevos rumbos”.
Sí, llamados a anunciar el Evangelio, a ritmo de misericordia hemos dado inicio
a la marcha que nos ha llevado por verdes y floridos campos haciéndonos gustar
la hermosura de Dios y el caminar hacia él y con él todos juntos.
Al cabo de 9,2 kilómetros
llegábamos al polideportivo junto a la Iglesia del Carmen de Almodóvar del Río,
donde hemos hecho una pausa-descanso-comida que nos ha permitido retomar
fuerzas y gustar de la compañía de las nuevas amistades hechas durante la
marcha. Presentes estábamos de Pedroches, Conquista, Villanueva de Córdoba,
Baena, Priego, Almodóvar del Río y las parroquias Santa Rafaela, Santa Luisa de
Marillac y La Trinida de Córdoba, con las Delegaciones de Misiones y Juventud.
Ha sido una gran alegría el contar con el Seminario Conciliar San Pelagio,
todos los seminaristas acompañados por sus formadores, ha sido un regalo muy
apreciado y estimado por todos. Ellos, los seminaristas, al terminar la comida,
han animado los 14 grupos de las Obras de Misericordia Corporales y
Espirituales y han hecho posible un compartir, cada cual ha podido descubrir
que la vida cristiana de seguimiento del Señor se traduce también en obras de
cercanía y ternura a cada uno de los hermanos y hermanas que encontramos en el
camino, especialmente a los más vulnerables y que necesitan más de gestos
concretos. Para muchos jóvenes, ha sido una ocasión preciosa ver y caminar con
los futuros sacerdotes de la diócesis, jóvenes y llenos de Dios, que tienen el
deseo de anunciar a Cristo y su Evangelio.
En la Parroquia nos esperaba
nuestro obispo, Don Demetrio Fernández, que ha presidido la Eucaristía y ha
dado sentido a nuestra marcha con sus palabras de pastor y padre, invitándonos
a vivir la vida cristiana despertando ritmo de Misericordia y hablando
del mandamiento nuevo “amaos los unos a los otros como yo os he amado”
nos ha dirigido la mirada al Cristo de la Divina Misericordia que ha amado
hasta el extremo dándonos vida y con ello ejemplo de Misericordia. Las obras de
Misericordia, decía, es una manera muy concreta de vivir la vida de fe y el
amor. Aprovechando de la presencia del icono de María que nos indica siempre como
escuchar a Jesús y de la imagen de San Juan Pablo II, nos ha invitado a conservar
en nuestras vidas el Evangelio que como misioneros estamos llamados a anunciar
a los que nos rodean, con nuestra vida y con nuestras palabras y gestos.
Con un espíritu de paz, de
alegría y de haber vivido algo, especialmente extraordinario, hemos regresado a
casa y a nuestras parroquias agradecidos al Señor que nos permite vivir la
dimensión cristiana de esta manera tan sencilla y profunda. Que el año de la
Misericordia porte frutos en cada uno de nosotros y sepamos crecer en la
práctica de las obras de Misericordia, como signo de ese “amaos los unos
a los otros” para que el mundo crea que somos discípulos del Señor.
Hasta la próxima Marcha Misionera
Diocesana de Córdoba en el 2017 que organiza la Delegación de Misiones de
Córdoba en colaboración con las Delegaciones de Catequesis, Juventud y el
Seminario Conciliar San Pelagio.
Delegación de Misiones de Córdoba
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