23/4/18

Sentir lo profundo Pascua Misionera del Migrante



Por fin llegó el momento de coger el tren y el barco rumbo a participar en la “PASCUA MISIONERA DEL MIGRANTE 2018” en Ceuta. Tenía inquietud por conocer un poco cultural y la forma de ser del pueblo Ceutíes y por otra parte tener una experiencia de convivencia de compartir la vida con jóvenes venidos de distintos puntos de la Península y cómo no y lo más importante, vivirlo en un ambiente de acogida, solidaridad, cercanía con nuestros hermanos Inmigrantes de Ceuta, donde tuvimos ocasión de compartir la vida juntos y sin diferencias, formando un solo grupo… y bueno, no quise dejar desapercibido, a nivel personal, mi cambio de década en mi vida y decirle a ese Dios de la vida: “gracias a la vida que me ha dado tanto…”, tener un tiempo para la reflexión y sentir en mi profundo lo que esto significaba en mí vida, todo fue un regalo valioso y ¡qué bueno! Una experiencia especial, desde un ambiente con jóvenes donde recibes energía positiva, ilusión por la vida, vitalidad etc.
Se me fueron cayendo esquemas mentales en la medida que íbamos compartiendo y poniendo en nuestras manos la vida en profundidad, de aquellas mañanas junto con nuestros hermanos los Inmigrantes con las mismas inquietudes al igual que puede tener el joven Español o Europeo o los que estábamos ahí, sentía en la medida que me acercaba y acogía sus sentimientos, sus inquietudes, sus preocupaciones , sus problemas, sus alegrías, sus esperanzas… para mí era, como que entraba en tierra sagrada donde tenía que descalzarme porque el lugar donde pisaba era santo y eso hacía de que te sintieras una con ellos. Fueron días vividos muy intensos… El “Centro de San Antonio “ es para ellos su casa, su familia, su referencia donde Maite junto a su esposo Salva y su hija María dan lo mejor de sí mismos con una entrega generosa e incondicional donde les hacen y nos han hecho sentirnos muy bien.
Otra de las grandes riquezas vividas fue el compartir la vida con: Ana, Irene, Juan, Antonio, María, Marta, Pablo, Sara, Maite, Salva, Jesús (Javeriano) y Rolando (Javeriano) responsable de la Pascua Misionera. GRACIAS, porque al final del día en un ambiente de silencio y de respeto íbamos desgranando el día vivido con toda su riqueza y a la vez con toda su humildad y sencillez. GRACIAS, por vuestra franqueza, personalmente me habéis enriquecido y me habéis hecho ser más Franciscana Misionera de María. GRACIAS, por vuestros valores de: Escucha, Respeto, Solidaridad, Apertura, Amistad, Sencillez. GRACIAS, por vuestra acogida , me habéis hecho sentirme muy bien entre vosotros. 
La Liturgia de cada día, vivida como GRUPO y como PARROQUIA ha sido otra de las Armonías Divinas (como diría mi fundadora, María de la Pasión)… y no digamos la experiencia en Tetuán, sin olvidar la frontera de regreso a Ceuta, todavía recuerdo las palabras de María (Hija de Maite y Salva) … ¡Corre, Anuncia! que nos quedamos atrás…! Pues teníamos que coger un taxi, ir a Ceuta, coger el coche de Maite y Salva, cargar las maletas y regresar a por el grupo que esa noche tenían que viajar hacia la Península… como era Domingo había mucha gente y todos queriendo pasar hacia España…

Y como no tener presente y agradecer también el detalle de María que gastó su propina para comprarnos pan para el grupo o la amiga de la parroquia que nos llevó dos ricos flanes… gestos bonitos y solidarios y que dicen mucho.
GRACIAS, Rolando, por tu apertura y tu riqueza de vida que has sabido conducirnos hacia esa Pascua con el Resucitado, hacia esa Pascua de Encuentro con el “Otro”, con el “Diferente” con el “Distinto” con el “Hermano”, con todo amor, respeto, delicadeza y comprensión. Me has hecho sentirme muy bien, como una más en estos días de convivencia y de compartir.

Somos “MIGRANTES” en la vida, en búsqueda de sentido y de una vida más plena y al igual que María Ortín y todos os llevo a todos en mi corazón. Os quiero un montón y con todo cariño. 

Anuncia Oña fmm

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