Mensaje potente ha sido el de la VII Marcha Misionera
Diocesana de Córdoba: “súbete al perdón” vehiculado a través del
rostro de Santa Josefina Bakhita. Jornada llena de fe,
crecimiento, vida y profundización con estilo joven. Nos hemos dado cita en la
aldea de Cordobilla, junto a la Iglesia, en la plaza. Cuando los 598 inscritos
habían llegado, la oración inicial ha sido contemplada y vivida con gran
sentimiento. Jóvenes liderados por Don Miguel David Pozo, han escenificado con
viveza y ternura la vida de Santa Josefina Bakhita, su dura vida de esclavitud
expresada con cadenas y música, dejaba descubrir en el corazón y alma de los
participantes que esta no era una santa normal. El amor vence todo y libera
el sufrimiento, por atroz que este pueda ser. Un abrazo lleno de ternura
y un rostro transfigurado, Bakhita nos enseña a descubrirnos amados y por ello,
dispuestos a dar lo mejor de la misericordia: el perdón.
¿Qué aporta hoy un inmigrante a nuestra sociedad? Mucha gente
se hace esa pregunta y aunque sea sólo tácita, el interrogante invade
espíritus. Durante la misma oración, un
joven de 21 años, inmigrante Sumaila Dumbia, de origen maliano, con acento
extranjero y expresándose en castellano, daba un golpe de estupor silencioso y
contemplativo. Él narraba con sencillez su vida, su sueño, su caminar. Este
caminar hacia una vida nueva y buscando a Dios, ha logrado sacar más de una
lágrima a los presentes. No de dolor y empatía ante el sufrimiento sino de
conmoción interna al mirar cómo él había sido tocado por Dios. “Sí, decía,
buscar a Dios… yo he buscado a Dios, cuando ya he sido mayor he decidido
hacerme cristiano, muchos llevan una cruz pero no van a misa”… Con un
golpe de gracia y sinceridad, nos hacía descubrir su esperanza, sus sueños, su
encuentro con Dios, “sí, todos tenemos errores, pero hay que seguir”.
No ha sido un grito de dolor y desesperanza, sino un canto de alegría
envuelto con el deseo de ser bueno y responder a los demás, dejándose guiar por
la mano de Dios.
Así, con este sabor de boca, iniciamos la marcha en medio de
una naturaleza muy diversificada y bajo un cielo nublado que impedía el
cansancio del sol abrumador. Bosque, olivares, viñedos, e incluso el agua
apacible del canal, han combinado con un caminar ni lento, ni apresurado,
imagen de nuestras vidas y de nuestros sueños. Caminar junto a los demás y
yendo hacia Dios. Durante la marcha, ha habido muchos sacerdotes, revestidos de una estola para la ocasión, y son muchos los que han podido acercarse al sacramento del perdón.
Ya en el Colegio de la Compañía de María, nos han dado la
bienvenida Antonio Guerra, director del colegio, y el Alcalde de Puente Genil,
Esteban Morales; ahí hemos podido retomar fuerzas, comer alegremente,
compartiendo risas, cansancio y alimentos. Al poco rato, los seminaristas y
formadores del Seminario San Pelagio han dado una catequesis preciosa,
elaborada con antelación, por Don Adolfo Ariza, delegado de catequesis, con el
tema “perdonar de verdad” nos hemos sumergido en una sencilla,
pero muy profunda reflexión sobre el sentido del perdón, la capacidad que tenemos de perdonar y hacer
de ello vida nuestra.
Después, junto a la parroquia de Nuestro Padre Jesús
Nazareno, Don Juan Ropero, nos ha dado la bienvenida en ese Santuario tan
querido por muchos pontanos y ha dado paso a Don Antonio Prieto, rector del
Seminario Mayor San Pelagio, que con dulzura y cercanía nos ha trazado la
belleza y sufrimientos de la vida de Santa Josefina Bakhita; ahí, junto a él se
encontraba el anda con la imagen, decorada con telas africanas y flores
mostrándonos, una vez más como esta santa sencilla y olvidada por muchos, era
capaz de despertar en todos admiración y deseo de descubrirla aún más. Dios
siempre habla a través de los que se dejan transformar por él.
La procesión partía poco tiempo después, rumbo a la Parroquia
de San José, dónde la imagen fue recibida triunfalmente, volvía a marcar
nuestra jornada. Ahí Don José Antonio Gallego, párroco, nos ha dado la
bienvenida mientras esperábamos a Don Demetrio Fernández, obispo y pastor de la
Diócesis de Córdoba. Una procesión, de trece sacerdotes y seis seminaristas
acompañando a Don Demetrio alcanzaba el altar con la Iglesia llena, que hasta había
gente acomodada en el mismo suelo. La alegría orante de la gente contemplaba la
procesión de entrada mientras cantaba: Unidos en Ti habrá semillas, Dará sus
frutos el reino de Dios. Unidos en Ti seremos vida, Un cielo abierto a la
humanidad. Unidos en Ti habrá esperanza. Cada día aunque haya dolor. Y unidos
en Ti el mundo crea. El mundo crea.
Cantos, dirigidos por un coro compuesto por las cinco
parroquias de Puente Genil han armonizado el ambiente festivo y religioso. La
solemnidad y la juventud se combinaban para dar a esta celebración un toque
misionero y evangelizador. Don Demetrio se ha acercado a los jóvenes con
palabras llenas de amor que iban tocando el sentido de la marcha, “súbete
al perdón”, Santa Josefina Bakhita, la misión hasta los
confines de la tierra, el testimonio cristiano, Jesús el pastor
de la ovejas e incluso la oración por las vocaciones. Él, nuestro
obispo, ha sabido trenzar su homilía, de tal manera que el interés en las
miradas de los jóvenes, daba a entender la apertura de sus corazones ante la
voz de su pastor.
Mucha alegría que se ha reflejado en el hecho de que al
terminar, nadie parecía tener prisa en dejar el lugar…, se dejaba entender el
suspiro por la VIII Marcha Misionera. Presentes han estado: Don Antonio Evans,
delegado de misiones, las parroquias de Almedinilla, Santa María la Mayor de
Baena, la Asunción de Priego y Valenzuela; Nuestra Señora del Carmen, Ntra.
Sra. de la Esperanza, San Miguel y Divina Pastora, Santa Rafaela María, Virgen
del Camino, Santa Luisa de Marillac, todas estas de Córdoba; San Mateo de
Valenzuela, la Inmaculada Concepción de Almodóvar del Río, jóvenes de la
delegación de juventud; las parroquias de Santiago el Mayor, San José, El
Carmen, Nuestra Señora de la Purificación y Nuestro Padre Jesús Nazareno de
Puente Genil; los colegios Sagrado Corazón de Córdoba, Virgen Estrella de Valle
del Río y Compañía de María de Puente Genil; el Hogar de Nazaret de Puente Genil,
el Seminario Mayor San Pelagio de Córdoba y los diferentes grupos de la
Delegación de Misiones de Córdoba. Más tanta gente que nos ha seguido sin
haberse inscrito.
Como dijo Mons. Demetrio Fernández, obispo de Córdoba, “es
una marcha misionera que nos hace a todos misioneros”, así nuestro
corazón insiste al descubrir la invitación para subirnos al perdón y mirar cómo
ha sido transformada Santa Josefina Bakhita. Con el corazón rebosando de alegría,
todos hemos regresado a casa, sabiendo que la vida cristiana se nutre del encuentro
de la comunidad con su Señor, de la reflexión y oración y del deseo de poner en
práctica la vivencia de la fe.
Rolando Ruiz Durán sx
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