9/4/18

XV Encuentro Misionero de Jóvenes 2018


Un año más, muchos jóvenes con ilusiones y sueños de la misión se han dado cita en El Escorial donde tuvo lugar el XV Encuentro Misionero de Jóvenes. El tema ha dado la tesitura a todo el encuentro: “Dios está aquí y yo no lo sabía” (Gn 28,16). Este año han sido 150 jóvenes de 31 diócesis de toda la geografía española, y además con algunas incorporaciones de algunas que aún no había estado presentes en pasados encuentros.
Entusiasmo, búsqueda, docilidad y fe, mucha fe, han estado presentes en los corazones de tantos jóvenes. La velada musical con Unai Quirós ha permitido con su disco, bendita rutina, dar el tono de harmonía y oración, ya se dejaba ver que Dios se estaba insinuando presente de manera más o menos consciente en muchos de nosotros.
La mañana, después de un buen descanso, las ilusiones se ponían a vibrar nuevamente. Don Francisco Pérez, presidente de la comisión de misiones presidiendo la oración de la mañana entusiasmó invitando a la salida de uno mismo y en la confianza. Han seguido cuatro dinámicas, la primera para romper hielo con sus presentaciones y en grupos; las otras tres dentro de una secuencia “in crescendo” iban marcando los tiempos más personales de cada uno, compartidos y revividos; buscando estrellas que nos han guiado en nuestras vidas y que de alguna manera habían tocado nuestros seres para darnos cuenta de un presente, el nuestro, en donde todos, de manera tácita, confesábamos que necesitamos de un guía para marcar nuestro caminar y elección. Así, tan sencillamente y entrando en uno mismo delante a los demás, nos situábamos en un ambiente de gran amistad y confianza, dejando detrás de nosotros timidez, lo que nos llevaba a un silencio para escuchar y tomar consciencia de la presencia de Dios.
Ahí, nos hemos encontrado en la capilla tratando de percibir a alguien. Por la tarde, David Álvarez, delegado de misiones de Santiago de Compostela, con una finura impresionante ha dado voz a José, el hijo de Jacob, el hombre vendido por sus hermanos y que ha vivido tantas peripecias desde una profunda fe, amenazada por las incomprensiones y sin sabores y a la vez abierta al Dios silencioso de la vida que poco a poco se iba haciendo más presente. La vida de José, desde la fe, confrontada con la de Steve Jobs en la que sin mencionar a Dios en la conexión por puntos de su vida: su primera infancia, su historia sobre el amor y la pérdida; y finalmente sobre la muerte, iban incitando a cada uno de nosotros a narrar nuestra propia vida y a discernir una presencia que aunque aparentemente ausente siempre ha estado entre nosotros, la del Dios que está aquí y del que yo no sabía describir su presencia.
Poco más tarde, tres verbos: escuchar, elegir y vivir, se han hecho voz, en Sor Lourdes, clarisa fransicana del convento de la Anunciación de General Ricardos en Madrid, su vida sencilla y abierta a Dios ha cautivado, con un silencio espectacular y miradas intrigadas, a tantos jóvenes presentes cuando ella decía “a Dios lo he encontrado en el silencio… en su Palabra… en personas…” su narración muy sencilla calaba hondo en los corazones de tantos jóvenes. En seguida Luis María García Dóminguez, jesuita, especialista en discernimiento y actualmente profesor en la Universidad de Comillas, empezando a narrar su propia experiencia de discernimiento, aún muy joven, ha abierto el apetito espiritual a los presentes al descubrir que se trata de un camino que se juega en la libertad y la paciencia, pero siempre en búsqueda y decisión. Ha dado el toque maestro cuando al final ha confiado cuatro consejos para la elección: a) creer en los propios sentimientos, b) confrontar esos sentimientos con los demás, c) vivir de acuerdo a esos sentimientos, y, d) finalmente elegir.
Ahora, llegaba el turno de Paco Arango, cineasta, fundador de Aladina, fundación en favor de niños con cáncer y productor de las películas Maktub y Lo que de verdad importa (2017), él ha venido a poner la guinda al pastel, Paco en su vida de creyente, vive en la autenticidad en cuanto a su fe en Dios, que confiesa claramente en ambientes en donde la gente pasa de Dios, para él, Dios es vida, y definitivamente ha roto barreras al hablar de Dios tan naturalmente e invitando a “dar amor, porque encontrarás amor, y más amor das, decía, más encuentras a Dios y se te hace tan presente que ya no se sabe si vives en el plano de la fe, pues es tan claro, que no puedes dudar”. Su vida al contacto con tantos niños que ha acompañado a la muerte, debido al cáncer, ha roto definitivamente las barreras. De ahí, una vez más, invitados al silencio, la reflexión ha dado pie para caer en la cuenta de ese “yo no lo sabía”, pero “Dios está aquí”.  La Eucaristía terminaba invitando a redescubrir esa presencia en medio de tantos jóvenes.
El domingo, día de la Divina Misericordia, después de la oración, el toque misionero, propio de la esencia de este Encuentro Misionero de Jóvenes, abría una vez más los oídos para escuchar tres testimonios misioneros, el de un matrimonio de Ocasha: Roger y María; el de una joven de Tarragona que ha vivido año y medio en Honduras: Blanca Serres; y el de Francesca Ko, franciscana misionera de María, coreana y que con gran pasión nos ha cautivado. Los tres han hablado de una pasión, la de Cristo, de una misión, la que llevan los cuatro en sus corazones y que arde continuamente sin poderse apagar.
Han marcado, los temores y miedos para lanzarse, pero los cuatro han dicho que una vez lanzados, ya solo queda seguir, pues más da uno, más recibe. Ver a una pareja joven, convencida y alegre, ver la alegría de Blanca, que terminaba diciendo “tu siente tu corazón y lánzate” y escuchar a Francesca Ko, que nos ha animado desde lo profundo de su fe para ir siempre acariciando la misión como llamada y vivencia profunda de alegría que da sentido a la vida. Estos testimonios para jóvenes que se plantean la misión, han sido potentes y penetrantes, han dado forma a los sueños abrigados y susurrados,  e incitado a abandonar los miedos y amarres para lanzarse mar adentro.
Raúl Tinajero, en línea con el Sínodo de jóvenes, que tendrá lugar en breve, nos ha entretenido sobre la realidad Iglesia, fe, jóvenes y anuncio en España hoy.
Una compañía silenciosa y querida ha sido la de Don Anastasio Gil, director nacional de OMP que sigue con gran cuidado, cariño y simpatía el caminar de la misión en los jóvenes y que se goza y nos hace gozar con la misión Ad Gentes, de la que España ha vivido, vive y seguirá viviendo gracias a tanto joven.
En la Eucaristía final Don Francisco Cerro, obispo de la comisión episcopal de Misiones ha animado a vivir el desafío misionero desde la experiencia del encuentro con Jesucristo, y el deseo profundo de la transmisión del Evangelio.
Rolando Ruiz Durán sx





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