Como cada año, este 9 de mayo de 2019, las coordinaciones de
la pastoral vocacional y de misiones de la Vicaría VIª organizaron una vigilia
de oración por las vocaciones. Este año con el lema “Di Sí, al sueño de Dios”
escogido por la 56º jornada de oración por las vocaciones y por vocaciones
nativas, nos hemos dado cita en la parroquia de San Fulgencio y San Bernardo
para celebrar la Eucaristía y una vigilia de adoración con un testimonio
misionero.
La Eucaristía celebrada por las vocaciones y el testimonio ha
sido del misionero javeriano Robertus Kardi, neo-sacerdote indonesio, que con
sus tres meses en España nos ha hablado en la lengua de Cervantes de su
vocación: “Reconocí la llamada de Dios en mí por medio de una realidad y
experiencia… Tuve una experiencia muy significativa que influyó en mi elección
para ser sacerdote cuando era pequeño. Vivía bastante lejos de la iglesia
parroquial, allí había un gran número de fieles. Y como había solo un cura en
la parroquia, no todos los domingos lo teníamos para celebrar la misa. Un día,
hubo una experiencia interesante. El párroco quiso visitarnos para la confesión
y la misa. Pero ese día él llegó muy tarde, llegó dos horas después del horario
previsto. Los fieles estaban decepcionados por su retraso, incluyendo mis
padres. Yo que tenía más o menos seis años pregunté a mi madre: “¿por qué
tenemos que esperar al sacerdote para celebrar la misa? ¿Por qué uno de los
catequistas no puede presidir la misa?” Me contestó mi madre: "la
misa es presidida solo por el sacerdote, los catequistas no pueden presidir la misa". Le respondí: “Entonces quiero ser sacerdote para celebrar misa”. Y así fue como el Señor me reveló su voluntad. Ahora cada vez que presido la misa, me acuerdo siempre de esa experiencia. Después de algunas contrariedades con su madre, ella le dirá: “Si esta es la llamada de Dios para ti, responde bien y sé feliz". Así fue como Dios también me guió para ser misionero a través de mi madre. Y después de describir su elección como misionero javeriano dice: “siento una alegría profunda en mi corazón. Creo que la fuente de esta alegría es mi oración cotidiana. Todos, con el bautismo, estamos llamados a hacer parte de esta misión de Jesús. Dios no pide mucho, Él lo pide todo. Si alguien se siente llamado para ofrecer su vida plenamente a Dios y a su misión, no tengas miedo de decir que Sí, porque Él que te llama está siempre contigo.
misa es presidida solo por el sacerdote, los catequistas no pueden presidir la misa". Le respondí: “Entonces quiero ser sacerdote para celebrar misa”. Y así fue como el Señor me reveló su voluntad. Ahora cada vez que presido la misa, me acuerdo siempre de esa experiencia. Después de algunas contrariedades con su madre, ella le dirá: “Si esta es la llamada de Dios para ti, responde bien y sé feliz". Así fue como Dios también me guió para ser misionero a través de mi madre. Y después de describir su elección como misionero javeriano dice: “siento una alegría profunda en mi corazón. Creo que la fuente de esta alegría es mi oración cotidiana. Todos, con el bautismo, estamos llamados a hacer parte de esta misión de Jesús. Dios no pide mucho, Él lo pide todo. Si alguien se siente llamado para ofrecer su vida plenamente a Dios y a su misión, no tengas miedo de decir que Sí, porque Él que te llama está siempre contigo.
La adoración a Jesús en el Santísimo Sacramento nos ha
puesto a la escucha del Señor reflexionando, creyendo y llenándonos de Dios,
abriendo nuestros horizontes a un mar más amplio y pesca sobreabundante que
despiertan los desafíos del hoy, y sobre todo, en una confianza en Él que nos
permite arriesgarnos a decir sí al Sueño de Dios.
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