Evaristo dedicando su tiempo con los chicos.
Loles enseñando el castellano en Ceuta.
El campo de trabajo con inmigrantes en Ceuta da para todos.
Una experiencia que acerca a los demás, que abre el corazón y permite descubrir la riqueza del otro. Además uno recibe más que dar. Cuán necesario es cultivar en cada ser humano el respeto, la humildad y el amor por el otro. Evaristo nos resume en pocas palabras su experiencia:
Regalo de Dios.
Para mi esta
experiencia ha sido un regalo de Dios, el poder compartir con esas personas
unos días en los cuales he podido dar lo mejor de mí, estar a su lado,
escucharlos, compartir con ellos muchos momentos en los cuales te cuentan sus
historias donde detrás de cada una de ellas hay una vida llena de ilusión y
esperanza.
Saber apreciar su valores.
El poder
estar con ellos me ha hecho reflexionar sobre valores que, a veces, no sabemos apreciar
y que son imprescindibles en esta sociedad como son el respeto, la humildad y
el amor al prójimo. En estos días que he pasado allí Jesús me ha dado fuerza
para que, con nuestro trabajo y esfuerzo poder transmitirles la fe cristina que
siento.
Amistad más allá de la cultura.
Llegué con
muchas ganas de trabajar y conocer a personas con distinta cultura. Cada día
que iba pasando nuestra relación de amistad se fortalecía más a pesar de la
diferencia cultural de cada uno. Dar está bien pero ¡qué bonito y gratificante
es recibir! Ellos no tienen nada pero te lo dan todo que es mucho.
Que Jesús
los ilumine en su caminar y le doy las gracias por esta experiencia misionera
que me ha hecho vivir y me ha hecho tanto bien.
Evaristo Pérez Contreras.
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