Participantes a la X Jornadas de Formación para empleados y voluntarios de las OMP en Madrid: América, Puerta abierta a la misión.
América,
Continente Evangelizado y Evangelizador.
Los días 21 y 22 de Febrero se han
celebrado las X Jornadas de Formación para
Empleados y Voluntarios de las OMP a las cuales asistí como voluntaria,
pues llevo en la Delegación de Misiones de Jaén, sólo dos años y ya me he dado
tiempo para darme cuenta de la necesidad y de la urgencia de Evangelizar. Mi
vida de fe ha estado apagada durante algún tiempo y al reconocer a Jesús y
vivir más cercana su presencia, me ha infundado amor y deseo de darlo a conocer.
Es por ello que me integré en la Delegación de Misiones y también he
participado en estas jornadas de voluntarios. Pienso que vivía un poco en la sombra
en cuanto a Dios y sin percibir su amor, tampoco quería escucharle ni abrirle
mi corazón. Por ello me cuestiono: ¿Qué
sentirán esas personas que no lo conocen? Y concluyo que: ¡Es urgente Evangelizar!
Don José Tola, miembro de la Pontificia Comisión para América Latina, Mons. Don Braulio Rodríguez Plaza, presidente de la Comisión Episcopal de Misiones y Cooperación entre las Iglesias de la Conferencia Episcopal Española y Don Anastasio Gil, director nacional de las Obras Misionales Pontificias en España.
Las
jornadas de este año.
A raíz de las jornadas de este año me
hago la pregunta de cómo América se
Evangeliza y es Evangelizadora. Es difícil dar una respuesta exacta puesto
que América es un continente grande y muy variado.
Ø
En
la primera charla nos habló D. José Tola, sacerdote peruano, que vive en Roma y
forma parte de la Pontificia
Comisión para América Latina. Se centró en América Latina y dijo de ésta que es “Puerta abierta a la Evangelización”.
Ø
También
dieron su testimonio un matrimonio misionero, Antonio García y Ana Cruz, de OCASHA-Cristianos con el Sur (Laicos
misioneros comprometidos), los sacerdotes Amadeo Puebla, del IEME (Instituto Español de Misiones
Extranjeras), y Lucas Villa, sacerdote diocesano de Sigüenza-Guadalajara y que
fue enviado por OCSHA (Organización
de la cooperación sacerdotal hispano-americana) y la hermana Esperanza
Arboleda, colombiana y misionera de la Madre Laura.
Ø
Para
completar las jornadas tuvimos más testimonios sobre cómo se trabaja en las
distintas delegaciones de misiones de España.
Fueron unas jornadas intensas y te das
cuenta de todo lo que puedes llegar a aprender.
Primera Mesa de Experiencias: La Dirección Diocesana de las OMP por dentro.
La
misión ha cambiado.
Yo me paro a pensar y me imagino como
serían las primeras Evangelizaciones. Lo único que podían hacer los misioneros
era viajar a tierra de misión y tener diálogo con esas personas, no podían ni
comunicar un viaje en las redes, ni hacer libros de las experiencias de jóvenes
en verano, ni imprimir folletos para enseñarte qué es misión, no, nada de eso.
Los sacerdotes y religiosos viajaban a esos poblados donde no se conocía el
Amor del Padre y a partir de ahí les enseñaban el Verdadero camino. Quizá
hubiera sido más complicado, pero, a mi parecer, más cercano. Hoy en día en
tierras de misión, donde también pueden viajar Laicos, se puede ver que
el sacerdote no pasa por una comunidad en un mes, o quizá tarda más tiempo, no
porque no quiera sino porque tiene a su cargo tantas comunidades que a veces
hay lugares que visita una vez al año.
Hablar
de Dios, darlo a conocer.
Se preparan comuniones, bautizos, bodas,
como si fuera un punto más que apuntar en una libreta, pero se ha perdido lo más importante de la Evangelización,
hablar de Dios, darlo a conocer y ayudarte a que puedas sentir esa paz interior,
hablar con la persona de Jesús. En cuatro palabras contacto, conversión, confianza y
comunicación. Eso puede que esté
ocurriendo, a veces es tan difícil tener relación con cada una de las personas,
no por otra cosa, si no por falta de tiempo y medios. “Muchas personas eran bautizadas como católicas, pero no eran
catequizadas” como dijo Lucas de la Villa. Quizá me esté confundiendo, yo
tampoco puedo decir mucho, porque sólo he estado un mes en México. Pero
escuchando testimonios de diferentes sitios de América te das cuenta que casi
siempre es igual.
Algunos de los participantes en la sede de las OMP Nacionales.
Partiendo
del Evangelio.
Los cuatro testimonios coinciden en una
cosa, todo se consigue “partiendo del
Evangelio”, que el perfil del misionero debe contener cuatro aspectos
importantes: saber estar, investigación,
beber de la sabiduría de la gente de allí y observar, como bien dijo la
hermana Esperanza.
Pienso que América es un continente
profundo donde su gente puede llegar a ser algo grande si se le brinda la
oportunidad, donde ellos mismos pueden ayudarse, para ello es necesario que los
misioneros que vayan a Evangelizar a ese continente tengan presente el
Evangelio. No conozco datos generales pero lo que voy viviendo día a día, aquí
en mi ciudad, es que cada vez hay más personas que han dejado ese Continente:
monjas, curas, laicos…y viven aquí con nosotros. Es bueno y enriquecedor tenerles
aquí, pero quizá sea necesario también que ayuden a vivir el ámbito de la
misión en su país donde hay mucho trabajo por hacer aún. América necesita de
esas personas, de esa humildad, de esa valentía, de ese amor que están
dispuestos a desprender por los demás. Sólo soy una joven de 25 años que ni por
asomo conoce del tema, quizá he hablado subjetivamente, pero estas jornadas me
han dado que pensar sobre el gran inmenso continente que es América y sobre el
bien que puede hacer a los que buscan el cariño, la paz, la esperanza y la suerte
de encontrarse con Dios.
Testimonios misioneros en América: Antonio García y Ana Cruz, matrimonio de OCASHA (Misioneros en Ecuador), Amadeo Puebla, sacerdote diocesano del IEME (Misionero en República Dominicana), Lucas de la Villa, sacerdote diocesano de la OCSHA (Misionero en Brasil), Hna. Esperanza Arboleda, misionera de la Madre Laura (Misionera en Colombia).
Una
única familia.
Yo pienso que Dios desea que un día las
culturas se mezclen, y que todos seamos un único Continente donde solo nos
separara un inmenso mar, ya es hora de dejar de lado las diferencias y empezar
a pensar que somos iguales ante los ojos de Dios, que somos una gran familia
unida. Es importante que nos hagamos responsables todos de todos, de esta
manera podremos conseguir lo que buscamos. Que el mundo entero conozca que
Jesús dio su vida para salvarnos. Y que actuemos en favor de la misión de los que
aún no conocen a Cristo.
Celia, Jaén.
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