6/4/14

Confiar la vida en las manos del Señor para escuchar la vocación sacerdotal, religiosa y misionera

La Misión Madrid nos ha impulsado a celebrar una vez al mes, en la Vicaría VI, una vigilia de oración por las vocaciones. Este mes de abril nos hemos dado cita en la parroquia de Santa Catalina Labouré del arciprestazgo de San Miguel y San Vicente. Era la víspera de la Eucaristía dominical del sábado por la noche. Nos hemos dado cita con nuestra presencia física parroquianos y algunas comunidades neoctecumenales como la de Aluche, también estuvieron presentes espiritualmente el grupo APOR (Apostolado de la Oración), las Clarisas Franciscanas de General Ricardos y las otras parroquias y comunidades que se unen mensualmente con la intención de pedir al Señor de la mies para que envíe más trabajadores a su viña” (9, 38) como nos introducía el padre Juan Briones, coordinador de vocaciones de la Vicaría VI.
El telón de fondo de esta vigilia ha sido la Eucaristía celebrada en el marco de comunidades neocatecumenales, que son siempre misioneras y que gustan prolongar este encuentro con el Señor con solemnidad y cercanía.

Dentro de la Eucaristía y después de la breve homilía del párroco, Carlos Bolivar, en la que ha destacado el amor de Cristo que viene a darnos vida, quitándonos  las vendas para que caminemos. Nos hemos adentrado en el misterio de la vocación a través de algunos testimonios. El primer turno fue de una familia, Norberto y Ángeles con sus hijos. Ellos habían sido enviados en una celebración en Roma por el papa emérito Benedicto XVI a China en 2010. Esta familia, llena de fe,  ha contado lo bonito de responder al Señor y las alegrías de verse protegidos providencialmente por la mano del Señor. Amor y ternura se desvelaban al ir narrando su experiencia a la vez que podíamos contemplar a los niños unidos y presentes en la vida del testimonio cristiano.
Cuando tocó el turno de Abraham hubo nuevamente expectación. Joven sacerdote de un año de ordenación, él nos narró su vocación. El testimonio de la bondad de su abuelo y consejo fueron los detonantes vocacionales. Y helo ahí de rodillas, con los temores de la mocedad diciéndole al Señor “me confío en tus manos”. Temor porque sabía que el Señor le podía pedir incluso el ser sacerdote. Cosa que poco a poco fue revelándose cierta en su vida. Cuando en Cuatro Vientos se encontró con el que pronto será declarado santo, Juan Pablo II, él descubrió una cosa: Dios sólo quiere nuestra felicidad. Las cosas se fueron dando, la presencia del Señor lo fue apañando todo, concluyó con gozo y confianza en los designios de Dios, y es así que recientemente fue enviado a China  a dónde irá dentro de pocos meses. El tiempo pasó rápido y de pronto oración y comunión al Cuerpo y Sangre de Cristo nos llevaron a la última etapa de la vigilia de oración: la Adoración al Santísimo Sacramento. Un silencio sobrecogedor y orante. Una sola intención: pedir unidos para que el Señor suscite vocaciones sacerdotales, religiosas, misioneras y muchas familias con disponibilidad para ir a dónde el Señor llama.
Una vez más hemos vivido la necesidad de crear espacios para orar, para escuchar, para redescubrir que Dios sigue llamando y que es posible responderle no importa la situación en la que cada uno se encuentre.
Rolando Ruiz Durán sx
Próxima cita el jueves 8 de mayo 2014 en la Parroquia del Sagrario, del arciprestazgo de San Pedro y San Sebastián, a las 19.00 hrs. con Eucaristía, testimonios misioneros y adoración por las vocaciones. Os esperamos.
Parroquia de Ntra. Sra. del Sagrario
c/ Siglo Futuro, 14
28025, Madrid
Tel. 91.462.37.23

Colonia de la Prensa

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