La Misión Madrid nos ha impulsado a celebrar una vez al mes, en la Vicaría VI, una
vigilia de oración por las vocaciones. Este mes de abril nos hemos dado cita en
la parroquia de Santa Catalina Labouré del arciprestazgo de San Miguel y San
Vicente. Era la víspera de la Eucaristía dominical del sábado por la noche. Nos
hemos dado cita con nuestra presencia física parroquianos y algunas comunidades
neoctecumenales como la de Aluche, también estuvieron presentes espiritualmente
el grupo APOR (Apostolado de la Oración), las Clarisas Franciscanas de General
Ricardos y las otras parroquias y comunidades que se unen mensualmente con la intención de pedir “al Señor
de la mies para que envíe más trabajadores a su viña” (9, 38) como nos introducía
el padre Juan Briones, coordinador de vocaciones de la Vicaría VI.
El telón de fondo de esta vigilia
ha sido la Eucaristía celebrada en el marco de comunidades neocatecumenales,
que son siempre misioneras y que gustan prolongar este encuentro con el Señor
con solemnidad y cercanía.
Dentro de la Eucaristía y después
de la breve homilía del párroco, Carlos Bolivar, en la que ha destacado el amor
de Cristo que viene a darnos vida, quitándonos las vendas para que caminemos. Nos hemos
adentrado en el misterio de la vocación a través de algunos testimonios. El
primer turno fue de una familia, Norberto y Ángeles con sus hijos. Ellos habían
sido enviados en una celebración en Roma por el papa emérito Benedicto XVI a
China en 2010. Esta familia, llena de
fe, ha contado lo bonito de responder al
Señor y las alegrías de verse protegidos providencialmente por la mano del
Señor. Amor y ternura se desvelaban al ir narrando su experiencia a la vez que
podíamos contemplar a los niños unidos y presentes en la vida del testimonio
cristiano.
Cuando tocó el turno de Abraham
hubo nuevamente expectación. Joven sacerdote de un año de ordenación, él nos
narró su vocación. El testimonio de la bondad de su abuelo y consejo fueron los
detonantes vocacionales. Y helo ahí de rodillas, con los temores de la mocedad
diciéndole al Señor “me confío en tus manos”. Temor porque sabía que el Señor le
podía pedir incluso el ser sacerdote. Cosa que poco a poco fue revelándose
cierta en su vida. Cuando en Cuatro Vientos se encontró con el que pronto será
declarado santo, Juan Pablo II, él descubrió una cosa: Dios sólo quiere nuestra
felicidad. Las cosas se fueron dando, la presencia del Señor lo fue
apañando todo, concluyó con gozo y confianza en los designios de Dios, y es así que recientemente
fue enviado a China a dónde irá dentro
de pocos meses. El tiempo pasó rápido y de pronto oración y comunión al Cuerpo y
Sangre de Cristo nos llevaron a la última etapa de la vigilia de oración: la
Adoración al Santísimo Sacramento. Un silencio sobrecogedor y orante.
Una sola intención: pedir unidos para que el Señor suscite vocaciones
sacerdotales, religiosas, misioneras y muchas familias con disponibilidad para ir
a dónde el Señor llama.
Una vez más
hemos vivido la necesidad de crear espacios para orar, para escuchar, para
redescubrir que Dios sigue llamando y que es posible responderle no importa la
situación en la que cada uno se encuentre.
Rolando
Ruiz Durán sx
Próxima cita el jueves
8 de mayo 2014 en la Parroquia del Sagrario, del arciprestazgo de San
Pedro y San Sebastián, a las 19.00 hrs. con Eucaristía, testimonios misioneros
y adoración por las vocaciones. Os esperamos.
Parroquia de Ntra. Sra. del Sagrario
c/ Siglo Futuro, 14
28025, Madrid
Tel. 91.462.37.23
Colonia de la Prensa
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