Quiero
comenzar esta carta manifestando mi satisfacción y alegría por la recuperación de doña Teresa Romero,
la enfermera afectada por el ébola; desde aquí hemos seguido su evolución y ha
sido una grata noticia saber que está completamente curada,(así
como los resultados negativos de los-as que estaban en observación). Deseo que
su incorporación a la vida normal sea rápida. También espero que en España, y
sobre todo en los ambientes donde doña Teresa vive y se mueve, sepan que la persona curada del ébola queda totalmente curada,
es inmune a otra eventual acción del virus y no lo transmite a nadie. ¡Mucha
suerte Dª. Teresa y familia!
Aquí
van aumentando los que son dados de alta habiendo tenido el ébola: detectados a tiempo, tratados en el centro preparado
para ello, atendidos adecuadamente, han logrado sobrevivir e incorporarse a su
vida normal; lo malo es que al regresar a casa algunos de sus seres queridos ya
no están, el ébola se los llevó. En nuestra parroquia tenemos varios curados que, al estar inmunizados contra el
virus, incluso colaboran con el equipo de visitas y atención a
los que, por prevención, están aislados en sus casas por 21 días. En el país el
número de curados asciende a alrededor de 750. Por
desgracia el número de afectados y muertos sigue sin bajar y se mantiene alto (afectados más de 3.600, muertos más de 1.300. Cifras
«oficiales», los que se han podido cuantificar).
«Es una pena que aún tengan que morir
muchos más»
La
lucha entre vida y la muerte sigue,
el deseo de que vida se normalice continúa. Autoridades, Asociaciones, grupos, ONGs…se esfuerzan por atajar el mal por
todos los medios. También la comunidad internacional parece que reacciona:
España, Gran Bretaña, USA, Cuba… están ya haciendo llegar ayudas de
medios y personal, lástima que ésta aun no sea suficiente y,
a veces, lenta por la burocracia. Es una pena que aún tengan que morir muchos
más por no hacer a tiempo lo que se tiene capacidad de hacer antes.
Aunar
esfuerzos, a todos los niveles, para atajar y paliar la epidemia. En ello está
también la Diócesis de Makeni que ha creado lo que podríamos
llamar «Acción Pastoral contra el ébola». Para difundir esta
«pastoral» en cada parroquia se hace un «workshop» (lo que nosotros llamamos
Taller de Trabajo. Esta semana se ha hecho en nuestra parroquia de San Guido Mª
Conforti. En este taller participaron (éramos unas cuarenta personas): los sacerdotes, el consejo parroquial, los líderes y catequistas de
las diversas comunidades del interior, los directores de las escuelas del
territorio de la parroquia. Entre los participantes había uno que se ha curado
del ébola. Cada uno de los participantes tiene que sensibilizar e informar,
sobre lo tratado en el taller, en sus respectivas aldeas o grupos para que la
gente actúe con responsabilidad, más eficacia y prudencia.
El
Taller está coordinado y lo realiza un
equipo formado por el sacerdote encargado de esta
pastoral, una enfermera especializada, los directores de Caritas y Justicia y Paz de la
Diócesis. Cada uno interviene ilustrando el tema desde su competencia y, entre
todos, configuran una manera de abordar «integralmente» a las personas y grupos
afectados por el ébola y sus variadas consecuencias perniciosas.
Desde
el punto de vista pastoral se insistió en la necesidad de que las
comunidades se mantengan unidas en la Fe, en la oración,
en la fraternidad y la caridad. Confiar en el Señor, ponernos en sus manos,
pedirle fuerza y esperanza, pero no con una fe fatalista o dejándole a Dios el
quehacer, sino una fe comprometida que es consciente de que Dios actúa por nuestro medio, a través de nuestra fraternidad.
Estar unidos e intensificar la oración, que las comunidades recen por
el país, por los afectados, por los muertos, que los afectados sepan
que se reza por ellos, que estamos unidos a su oración a su petición de ayuda
al Señor. En todas las visitas del grupo parroquial a los aislados se termina
rezando a Dios Padre; unos son católicos, otros
protestantes, otros musulmanes…todos se recogen en un momento de
oración a «Papa God», a Dios nuestro Padre,
Padre de todos que a todos ama.
«Hasta los más pobres reducen su dieta
para ayudar»
El
sacerdote y el representante de caritas insistieron en que junto a la Fe y la
Oración debe estar la expresión de la fraternidad por medio de la Caridad, del
compartir. Este compartir, que se hace por medio de lasvisitas a los aislados por 21 días, proviene de las aportaciones
en dinero de los feligreses (colectas), de Caritas, de la Diócesis, de
particulares, de amigos e instituciones de España, Italia,
UK…Proviene también, y en gran manera, de las aportaciones en bienes de consumo
de los más pobres que reducen su dieta y lo que tienen
para compartirlo con los que más lo necesitan: patatas, arroz, cebollas,
aceite, frutas, verduras, agua, carbón…,algunos incluso, que no tienen
casi para ellos, van pidiendo algo en los supermercados y mercados para poder
aportar algo…A mí me recuerda un poco la multiplicación de los panes
y los peces: para que el Señor haga el milagro hace falta que la gente aporte
algo de lo que tiene.
«La enfermera explicó cómo vivir 21 días
aislados»
La
enfermera explicó lo qué es el ébola,
su transmisión, la posible prevención, cómo tratar a los afectados y convivir
con ellos hasta que son llevados a un centro de tratamiento,cómo aislarlos físicamente mientras están en casa sin aislarlos
afectivamente, como respetar su dignidad y alimentar su
esperanza, cómo
vivir los 21 días de aislamiento… Dio muchos consejos
prácticos para los que tienen pocas posibilidades de obtener material de
protección. Una exposición precisa, sencilla, clara, práctica y de gran
eficacia. Todo lo que dijo fue muy útil para evitar el
contagio, para afrontar los casos declarados, para saber lo que
hacer y donde ir. Todo ello contribuirá a disminuir el número de contagios y a
facilitar el tratamiento y la curación de los afectados. Todo ello ayuda a reaccionar, a renovar la esperanza, a
afianzar la solidaridad y a hacer caer en la cuenta de que todos somos
necesarios para salir adelante; aquí nada es poco, lo poco se convierte en
mucho y todo es expresión de la dignidad con que este pueblo vive y quiere
seguir viviendo.
¡En
fin! un día muy provechoso, fraterno y con deseo
de saber para ayudar a informar y para colaborar a paliar un poco el
sufrimiento de unos y prevenir el contagio de otros. Un día de una comunidad
cristiana que quiere vivir su fe aplicándola, un día de esperanza, de deseo de
compartir lo que se es y lo que se tiene para tratar de vencer la adversidad
desde la fraternidad que nos une al tener un mismo Padre. La
vida sigue y mejorará gracias a personas y comunidades como estas.
Muchos saludos y hasta la semana que
viene.
P. Luis Pérez
Hernández s.x.
Misionero Javeriano en Sierra Leona
Fuente:http://www.abc.es/toledo/ciudad/20141026/abci-tercera-carta-desde-sierra-201410262205.html
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