Las
semanas van pasando y uno tiene la sensación de que nada se mueve, de que la
situación se ha estabilizado, que ni mejora ni empeora: el ébola sigue su camino «arrasando» y sembrando sufrimiento…;
el paso del tiempo hace que casi «nos acostumbremos» a vivir en esta situación,
debe ser una especie de mecanismo de defensa. Sin embargo, algunas cosas van
cambiando un poco, mejorando lentamente y la
población va tomando, cada vez más, conciencia de la situación y reaccionando
positiva y activamente en la lucha contra el virus; así mismo las comunidades
cristianas y parroquias se involucran cada vez más en la vivencia y el
testimonio de la fraternidad.
Por
desgracia las cifras nos dicen que la dura realidad es tozuda y no quiere
cambiar de signo. Las cifras oficiales (que siempre hay que, más o menos,
duplicar), nos dicen que
son unos 1800 los muertos en Sierra Leona desde que el virus se presentó entre nosotros; que
todos los días hay afectados, muertos y también recuperados. Nuestro distrito
de Bombali es uno de los más castigados, mientras que en nuestra ciudad de
Makeni los casos han disminuido sensiblemente.
Lo que
sí se nota es que la organización sanitaria del país está mejorando y la ayuda
internacional, en parte, ya ha llegado y, en parte,
está por llegar más. Todo ello ha hecho posible, en unas semanas, que ya haya cinco laboratorios de detección de virus funcionando,
lo cual significa más rapidez en detectar y en comenzar a tratar y, por lo
tanto, más posibilidades de curar. También ya está funcionando los centros de
tratamiento que se estaban preparando: bien equipados de personal competente y
de medios y estructuras, lo que significa mayor número de afectados que pueden
ser acogidos con la esperanza de ser curados.
Hace unos días estuvieron por aquí
(también visitaron Guinea y Liberia) el Comisario de Salud y el Enviado
Especial para el Ébola de la Comunidad Europea, que se comprometieron a
agilizar la llegada total de los fondos que la EU ha destinado para luchas
contra el ébola: unos mil millones de euros.
Por
nuestra parte (comunidades cristianas y parroquias), seguimos trabajando con las limitaciones que nos imponen la
prohibición de reuniones y sacando el máximo «provecho» de los
que se puede hacer.
Aquí
en Makeni, en nuestra parroquia de San Guido María Conforti hay dos encuentros diarios, por la mañana la Eucaristía (6,30) y
por la tarde el rosario (17,45). Ahora participa más gente, por
una parte todos estamos
rezando un poco más y encomendándonos a Dios; por otra, al no haber
otros encuentros, la gente viene antes de estos actos y se queda un rato
después de terminar: se habla, se bromea, compartimos información, nos
interesamos los unos de los otros….Antes o después, en ocasiones, se hace algún
breve encuentro con algún grupo o personas para tratar algo que haga falta o
convenga…¡En fin! se trata de hacer de la necesidad virtud y algo es algo y
mejor que nada.
También
se mantiene una reunión semanal de parejas que van a contraer matrimonio y están preparándose, al ser 10-12 personas se
puede hacer teniendo las precauciones que hay que tener; las celebraciones no se sabe cuándo serán pues esas requieren
fiesta: Eucaristía (que no hay problema) fiesta, comida, baile,
reunión de muchos familiares, viajes, alojamientos…, todas cosa prohibidas por
ahora.
Como
podréis suponer este año pastoral (como el escolar, el
universitario…) está perdido, por lo tanto programación-pastoral-parroquial anual no ha habido,
ni reunión del Consejo Pastoral Parroquial. En todo caso, en estos días, está
previsto reunir al, por así llamarlo, consejo permanente del consejo
parroquial para cambiar impresiones, analizar la situación, ir
pensando un poco en el futuro y ver lo que se puede mejorar en el presente…, se
trata de mantener lo más vivo y activo lo que se hace y se puede hacer.
Otro
aspecto que ha mejorado y crecido en la parroquia es la preocupación por los otros en general, la colaboración
en la atención a los afectados en particular, y el compartir los bienes con los
que por «estar aislados por causa del ébola» están necesitados de ayuda,
cercanía, oración y atención. El número de los voluntarios para visitar con los
sacerdotes las «casas aisladas», así
como el que recorre la parroquia recabando información para poder llegar a
donde sea necesario, ha aumentado; a pesar del miedo del principio ha
prevalecido el deseo de ayudar y manifestar que somos una comunidad.
Como
consecuencia de lo anterior, también ha crecido la generosidad en el compartir; los alimentos y otras cosas que
se reparten por las «casas aisladas» son los que la gente trae al ofertorio de
las misas de los domingos: arroz, aceite de palma, patatas, cebollas,
zanahorias, agua potable, carbón, plátanos, pastillas de caldo de carne o de
gallina…, también se compran alimentos con lo obtenido en una de las colectas
del domingo y con el dinero que algunos entregan. A este
dinero se añade el que llega de España o Italia: amigos-as, grupos
parroquiales y misioneros, comunidades religiosas y alguna Diócesis están
contribuyendo a que se pueda ayudar, de diversas maneras, a más personas y
familias…
Se sigue, como en toda la Diócesis de
Makeni, con las visitas de apoyo, acompañamiento y atención a las
«casas-familias aisladas» por 21 días por haber tenido en ellas uno-a o más
afectados o muertos por causa del ébola.
Como
la situación parece que se alarga, y tardará meses en normalizarse, y, como
consecuencia, las actividades de las parroquias seguirán
limitadas, grupos, jóvenes, catecúmenos, asociaciones llevan meses sin
encontrarse, sin reunirse. Pero como, por otra parte, la situación
en Makeni ha mejorado mucho, se está tratando de buscar una solución posible y
que no vaya en contra de las medidas de precaución que existen para evitar el
contagio del ébola: tal vez se podrían hacer
encuentros con números reducidos (6/8) personas, en un espacio donde
puedan estar «suficientemente» separados…En estos, en una de las reuniones de
sacerdotes, que estudiará un poco lo que se podría hacer, para luego
proponérselos a las autoridades y ver que dicen, no queremos hacer nada en
contra de lo que está legislado y a lo que todos están obligados y, mucho
menos, hacer algo que pudiera ser «peligroso» para la gente. ¡Veremos qué pasa!
Lo importante es seguir adelante, de la mejor forma, para mantener viva y real
la comunión, la fraternidad, la formación y la celebración de la fe de las
comunidades cristianas, en las parroquias y en los grupos.
Como
pueden ver estamos en «la vida ordinaria» de un «período
extraordinario» que nos ha tocado vivir y que procuramos
afrontar con cercanía y atención recíprocas, con compromiso y esperanza, con
confianza en Dios y en los hermanos con los que compartimos la fe,
solidarizados con la población entre la que vivimos.
Muchos saludos y hasta la semana que
viene.
P. Luis Pérez
Hernández s.x.
Misionero Javeriano en Sierra Leona
Agradecemos mucho al Padre Luis Pérez que nos hace más cercana la misión, la vida y la realidad de nuestros hermanos y hermanas sierraleoneses. También al diario ABC Toledo por hacerse eco de esta realidad. No los olvidemos, ahí está el Señor que todos esperamos durante el Adviento.
Agradecemos mucho al Padre Luis Pérez que nos hace más cercana la misión, la vida y la realidad de nuestros hermanos y hermanas sierraleoneses. También al diario ABC Toledo por hacerse eco de esta realidad. No los olvidemos, ahí está el Señor que todos esperamos durante el Adviento.
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