12/12/14

Vivir en cristiano con la realidad del ébola

Con frecuencia me encuentro con Mr. Thomas Koroma (TK) en la parroquia, es uno de los feligreses más asiduos y buen colaborador en las actividades parroquiales: dirige el rosario de la mañana, es uno de los lectores de la Palabra en la Eucaristía, siempre está disponible para echar una mano en lo que se necesite, forma parte del grupo parroquial que visita a las familias/casas que, por haber tenido un afectado de ébola, están en aislamiento por 21 días…
Mr. Thomas vive cerca de la parroquia, en el barrio de Looking Town, en una casa sencilla, con un poco de terreno donde planta casava, alubias y alguna otra cosa para ayudar a la débil economía de su familia que está compuesta por 10/12 miembros; fue maestro, trabajó en una ONGs…, desde hace tiempo está sin trabajo fijo, por lo tanto sin salario; hace algunos trabajos esporádicos y va tirando más bien malamente; pero él nunca pierde la esperanza de que las cosas mejorarán, se conforma con poco y está siempre al acecho se «algún trabajillo»…
Hace unos días estuve en su casa y hablamos de la situación que estamos viviendo, de la vida de la parroquia y de las actividades que se realizan. Mr. Thomas comenzó diciendo que «el principal problema de Sierra Leona, que condiciona todo, es el de la pobreza; un 70% de la población no tiene trabajo y, por lo tanto, muchas dificultades para vivir el día a día, para escolarizar a sus hijos, para poder comprar medicinas…En estos años, después de la guerra, el país ha crecido y mejorado, pero el bienestar llega unos pocos, la mayoría estamos como antes o peor. Muchos, como yo, se apañan como pueden: algún trabajillo esporádico, un poco de huerta (quien la tiene) la ayuda de la familia, un día ayuda uno, otro día otro, el que tiene comparte con los demás…».
Este crecimiento del país ha sufrido un parón con la presencia de ébola que (TK) «ha llenado Sierra Leona de sufrimiento y muertes y ha hecho retroceder el menguado bienestar de la gente: compañías que han cerrado, empleos perdidos, subida de precios, menos circulación de productos alimentarios, cierre de proyectos de desarrollo que tenían algunas ONGs…La ayuda que ahora llega se centra en el ébola, cosa que me parece muy bien ya que es una emergencia y una prioridad en este momento, todo lo demás ha quedado un poco relegado, pero nosotros seguimos como antes o peor…esperamos que las cosas vayan cambiando poco a poco».
El ébola se ha ido extendiendo por el País como una mancha de aceite, ahora es más difícil erradicarlo y todo ello (TK) «porque al principio no nos lo creíamos, pensábamos que era otra cosa. Con el tiempo y mayor información y sensibilización nos percatamos que era verdad, pero no todos, aún hay gente que no lo admite y no tiene en cuenta las medidas de protección. No ha sido fácil que la población acate las normas, que da el Ministerio de Sanidad, para evitar los contagios y, por lo tanto, aún sigue habiendo afectados y muertos…, yo no pierdo la oportunidad de decir e insistir que el ébola es real, que se tenga cuidado, que con atención se pueden evitar sufrimientos y muerte…».
La Iglesia y todas las Instituciones se han volcado en una campaña de sensibilización, ayuda, acompañamiento de la población para afrontar los efectos del ébola y para evitarlos. Nuestra parroquia también hace lo que está en su mano en este sentido y (TK) es uno de los del grupo parroquial involucrado en este servicio: «al principio era un poco reticente a colaborar, tenía un poco de miedo ya que no sabíamos bien a lo que nos enfrentábamos, incluso se decía que se trasmitía por el aire; luego sabiendo cómo se trasmitía (contacto) y las medidas de prudencia que había que tener me puse a disposición de la parroquia. Yo no tengo posibilidades de ayudar materialmente, pero tengo tiempo y ganas para colaborar; por otra parte, como cristiano me parece normal estar cerca de los demás, en toda circunstancia, afrontando la vida desde lo que Jesús nos invita a hacer: vivir siempre la caridad…».
(TK) «Somos varios los que 'seguimos el ébola' en la parroquia. Lo primero que hacemos es estar atentos a los posibles casos de afectados, recorremos la parroquia, preguntamos a conocidos…cuando nos enteramos de algo lo referimos a los sacerdotes y se organiza una primera visita a la casa/as de los afectados que, normalmente, han sido puestas en aislamiento por 21 días. Son casas/familias católicas, protestantes, musulmanas…no nos importa el credo de cada uno, sino la fraternidad común y universal que todos tenemos en Dios Padre, en 'Papa God'».
El grupo parroquial visita a la familia/as afectada y Mr. Thomas tienen su papel: (TK) «yo soy el encargado de hacer de portavoz del grupo. El principal objetivo del encuentro es decir a las personas en aislamiento que hay gente (la parroquia) que se interesa por ellos, que les recuerda, que reza por el mejor desenlace de la situación, que está dispuesta a echarles una mano fraternal, que seguirá viniendo para acompañar un poco su situación. Luego, se insiste en afirmar que el ébola es real, que tienen que adoptar las medidas oportunas en su situación, que deben mantener el aislamiento para no contagiar a otros en caso de que ellos lo estén. Finalmente, siempre se invita a la oración, rezamos a nuestro Padre para que nos bendiga y nos acompañe en estos momentos difíciles. Todos nos recogemos un poco y rezamos (afectados, vecinos, policía/soldados, nosotros) durante unos minutos. La visita, que siempre comienza en un clima un poco distante ya que la gente, en muchos casos, no nos conoce, termina con un clima más relajado, cordial y amistoso…nos despedimos hasta la próxima.
Mr. Koroma es uno de los tantos/as que forman la comunidad parroquial en la cual cada uno/a vive, celebra y testimonia la común fe en Jesucristo y la certeza de Su influencia positiva en nuestras vidas, es siempre el mismo dinamismo el me nos mueve: (TK) «Para mí la fe en Jesucristo es fundamental para mi vida y trato, modestamente, de vivirla y celebrarla con mis hermanos/as en mi comunidad cristiana, desde ella procuro testimoniar lo que significa Jesús para nosotros, responder a lo que nos invita a ser y vivir, sobre todo en circunstancias difíciles. La comunidad, la unión, la fraternidad, la preocupación de los unos por los otros hace posible que mantengamos la esperanza en que todo pueda mejorar y, mientras tanto, afrontar todas las situaciones mejor: juntos y ayudándonos».
Hemos pasado un rato juntos, se acerca la hora del rosario de la tarde, nos encaminamos paseando a la parroquia; allí encontramos al P. Jerónimo ensayando con los niños un pasaje de la novena de Navidad; al P. Patrick hablando con un joven; un montón de niños; unos quince jóvenes y una veintena de adultos, hombres y mujeres…, a las 17,45 entramos todos en el templo para rezar juntos…La vida de la parroquia sigue su curso «normal»…todos respondiendo a la llamada del que nos convoca: Jesucristo.
Muchos saludos y hasta la semana que viene.
P. Luis Pérez Hernández s.x.
Misionero Javeriano en Sierra Leona

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