Con
frecuencia me encuentro con Mr. Thomas Koroma (TK)
en la parroquia, es uno de los feligreses más
asiduos y buen colaborador en las actividades parroquiales:
dirige el rosario de la mañana, es uno de los lectores de la Palabra en la
Eucaristía, siempre está disponible para echar una mano en lo que se
necesite, forma parte del grupo parroquial que visita a las familias/casas que, por haber tenido
un afectado de ébola, están en aislamiento por
21 días…
Mr.
Thomas vive cerca de la parroquia, en el barrio de Looking Town,
en una casa sencilla, con un poco de terreno donde planta casava, alubias y alguna otra cosa para ayudar a la débil economía
de su familia que está compuesta por 10/12 miembros; fue maestro, trabajó en
una ONGs…, desde hace tiempo está sin trabajo fijo, por lo
tanto sin salario; hace algunos trabajos esporádicos y va tirando
más bien malamente; pero él nunca pierde la esperanza de que las cosas
mejorarán, se conforma con poco y está siempre al acecho se «algún trabajillo»…
Hace
unos días estuve en su casa y hablamos de la situación que estamos viviendo, de la vida de la parroquia y de las actividades que
se realizan. Mr. Thomas comenzó diciendo que «el principal problema de Sierra
Leona, que condiciona todo, es el de la pobreza; un 70% de la población no
tiene trabajo y, por lo tanto, muchas dificultades para vivir
el día a día, para escolarizar a sus hijos, para poder comprar medicinas…En
estos años, después de la guerra, el país ha crecido y mejorado, pero el bienestar llega unos pocos, la mayoría estamos como
antes o peor. Muchos, como yo, se apañan como pueden: algún trabajillo
esporádico, un poco de huerta (quien la tiene) la ayuda de la familia, un día
ayuda uno, otro día otro, el que tiene comparte con los demás…».
Este
crecimiento del país ha sufrido un parón con la presencia de ébola que (TK) «ha llenado Sierra Leona de
sufrimiento y muertes y ha hecho retroceder el menguado
bienestar de la gente: compañías que han cerrado, empleos perdidos, subida de
precios, menos circulación de productos alimentarios, cierre de proyectos de
desarrollo que tenían algunas ONGs…La ayuda que ahora llega se centra en
el ébola, cosa que me parece muy bien ya que es una emergencia y una
prioridad en este momento, todo lo demás ha quedado un poco relegado, pero nosotros seguimos como antes o peor…esperamos que las
cosas vayan cambiando poco a poco».
El
ébola se ha ido extendiendo por el País como una mancha de aceite, ahora es más difícil erradicarlo y todo ello (TK)
«porque al principio no nos lo creíamos, pensábamos que era
otra cosa. Con el tiempo y mayor información y
sensibilización nos percatamos que era verdad, pero no todos, aún
hay gente que no lo admite y no tiene en cuenta las medidas de protección. No
ha sido fácil que la población acate las normas, que da el Ministerio de
Sanidad, para evitar los contagios y, por lo tanto, aún
sigue habiendo afectados y muertos…, yo no pierdo la oportunidad de
decir e insistir que el ébola es real, que se tenga cuidado, que con atención
se pueden evitar sufrimientos y muerte…».
La
Iglesia y todas las Instituciones se han volcado en una campaña de
sensibilización, ayuda, acompañamiento de la población
para afrontar los efectos del ébola y para evitarlos. Nuestra parroquia también
hace lo que está en su mano en este sentido y (TK) es uno de los del grupo
parroquial involucrado en este servicio: «al principio era un poco
reticente a colaborar, tenía un poco de miedo ya que no sabíamos
bien a lo que nos enfrentábamos, incluso se decía que se
trasmitía por el aire; luego sabiendo cómo se trasmitía (contacto) y
las medidas de prudencia que había que tener me puse a disposición de la
parroquia. Yo no tengo posibilidades de ayudar materialmente, pero tengo tiempo y ganas para colaborar; por otra
parte, como cristiano me parece normal estar cerca de los demás, en toda
circunstancia, afrontando la vida desde lo que Jesús nos invita a hacer: vivir
siempre la caridad…».
(TK) «Somos varios los que 'seguimos el ébola' en la parroquia.
Lo primero que hacemos es estar atentos a los posibles casos de afectados,
recorremos la parroquia, preguntamos a conocidos…cuando nos enteramos de algo
lo referimos a los sacerdotes y se organiza una primera visita
a la casa/as de los afectados que, normalmente, han sido puestas en aislamiento
por 21 días. Son casas/familias católicas, protestantes, musulmanas…no nos importa el credo de cada uno, sino la
fraternidad común y universal que todos tenemos en Dios Padre, en 'Papa God'».
El grupo
parroquial visita a la familia/as afectada y Mr. Thomas tienen su papel: (TK) «yo soy el encargado
de hacer de portavoz del grupo. El principal objetivo del encuentro es decir a
las personas en aislamiento que hay gente (la parroquia) que se
interesa por ellos, que les recuerda, que reza por el mejor
desenlace de la situación, que está dispuesta a echarles una mano fraternal, que seguirá viniendo para acompañar un poco su situación. Luego,
se insiste en afirmar que el ébola es real, que tienen que adoptar las medidas oportunas en su
situación, que deben mantener el aislamiento para no
contagiar a otros en caso de que ellos lo estén. Finalmente, siempre
se invita a la oración, rezamos a nuestro Padre para que nos bendiga y nos acompañe
en estos momentos difíciles. Todos nos recogemos un poco y
rezamos (afectados, vecinos, policía/soldados, nosotros) durante unos minutos.
La visita, que siempre comienza en un clima un poco distante ya que la gente,
en muchos casos, no nos conoce, termina con un clima más relajado, cordial y
amistoso…nos despedimos hasta la próxima.
Mr.
Koroma es uno de los tantos/as que forman la comunidad parroquial en la cual
cada uno/a vive, celebra y testimonia la común fe en Jesucristo y la certeza de
Su influencia positiva en nuestras vidas, es siempre el mismo dinamismo el me
nos mueve: (TK) «Para mí la fe en Jesucristo es fundamental
para mi vida y trato, modestamente, de vivirla y celebrarla con
mis hermanos/as en mi comunidad cristiana, desde ella procuro testimoniar lo
que significa Jesús para nosotros, responder a lo que nos invita a ser y vivir,
sobre todo en circunstancias difíciles. La comunidad, la unión, la fraternidad,
la preocupación de los unos por los otros hace posible que
mantengamos la esperanza en que todo pueda mejorar y, mientras
tanto, afrontar todas las situaciones mejor: juntos y ayudándonos».
Hemos
pasado un rato juntos, se acerca la hora del rosario de la tarde, nos
encaminamos paseando a la parroquia; allí encontramos al P. Jerónimo ensayando
con los niños un pasaje de la novena de Navidad; al P. Patrick hablando con un
joven; un montón de niños; unos quince jóvenes y una veintena de adultos,
hombres y mujeres…, a las 17,45 entramos todos en el templo para rezar juntos…La vida de la parroquia sigue su curso «normal»…todos
respondiendo a la llamada del que nos convoca: Jesucristo.
Muchos saludos y hasta la semana que
viene.
P. Luis Pérez Hernández s.x.
Misionero Javeriano en Sierra Leona
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