La
semana pasada, los javerianos que trabajamos en Sierra Leona nos reunimos en Makeni. El objetivo del encuentro era poner en común el trabajo pastoral-social-humanitario que
se está haciendo, evaluarlo para posibles mejoras y coordinar los esfuerzos de
cada parroquia y comunidad. A la reunión invitamos a un doctor sierra leonés
que está involucrado en la lucha contra el ébola; él nos explicó todo lo
referente al virus y su incidencia actual en el país. Fue ilustrativo y
completo y matizó lo que ya sabíamos; finalizando su intervención hizo una
afirmación rotunda: la causa más importante y determinante de los efectos del ébola es la pobreza en
un país con más recursos, mejores estructuras sanitarias, más medios a
disposición, con una población menos pobre, desnutrida y con una salud mejor,
esto se habría cortado hace tiempo, como ha sucedido en Nigeria.
Hace
unos días, fuimos a dos casas del territorio de nuestra parroquia que habían
sido puestas en aislamiento al haber, por causa del ébola,
muerta ahí una persona. Allí había unas 18 personas. La
razón de la visita, después de una primera de contacto, era llevarles alimentos (patatas, cebollas, aceite,
agua potable, carbón, arroz…) para reforzar otras ayudas y
que pudieran pasar los 21 días de aislamiento «un poco mejor». Lo
llevado había sido entregado por los feligreses de la parroquia para
compartirlo con familias en esta situación. Junto a la ayuda material, se
reitera la cercanía, seguimiento, recuerdo y oración por estas familias por
parte de la comunidad cristiana. No es mucho lo que se lleva, ni lo que se
puede hacer; pero impresiona constatar el agradecimiento que estas personas
manifiestan, con palabras y gestos, al ver que alguien se preocupa por ellas y
las tienen en cuenta.
Por
mi parte estando allí y viendo el «panorama»: calles polvorientas, casas que
casi no se sostienen en pie, falta de medios y comodidades, todo muy rudimentario;
«superpoblación»: 8/10 habitaciones para 18/20 personas…; me vino a la mente lo
que nos había dicho el Doctor: la causa determinante…es LA POBREZA. La verdad es que, a veces, me parece
estar viviendo en un mundo «irreal» viendo las condiciones de vida de tantas
personas aquí (y no digamos en las aldeas) y conociendo el nivel de vida,
medios y posibilidades (junto a muchas desigualdades, marginaciones y pérdida
de derechos) de nuestros países ricos.
Visitamos
a esa familia para «ayudar». Esta fue
la otra palabra que me vino a la mente en ese momento. Para salir de la
situación que está viviendo este País necesita ayuda: lo dice el Doctor, las
ONGs, los Organismos Internacionales, los misioneros, los Grupos Religiosos,
las personas informadas: AYUDA, AYUDA.
Más
tarde, ya en casa, con las imágenes vistas en la memoria y con los pensamientos
que ellas me suscitaron, seguí dándole vueltas a la realidad que aquí, y en
muchos países, se vive y le di vueltas a la relación entre POBREZA Y AYUDA.
Hay
decir que la ayuda va llegando ¡por fin! se va tomando
conciencia de la necesidad de colaborar, entre otras cosas «por si las moscas». Están llegando personas preparadas y medios adecuados para frenar el
ébola; se están abriendo más centros para la detección y
tratamiento; las ayudas provienen de Naciones, de Organizaciones, de ONGs, de
Grupos Religiosos, de privados. También de Organismos Internacionales, aunque
con más parsimonia.
Otra
realidad a destacar es que el Sur está ayudando al Sur al
Sur: La Unión Africana (UA), como todo organismo de este
género, está respondiendo poco y tarde; pero ya ha comenzado a reaccionar y a
ayudar. Sin embargo; Nigeria, R.D. del Congo,
Etiopía, Kenia, Uganda, Ruanda, Tanzania, Burundi…,están mandando
personal ( y algunos dinero) a los países afectados por el ébola, entre todos
ponen a disposición (aproximativo) alrededor de 35 médicos, 180 enfermeros, 550
sanitarios y unos 1.300 voluntarios. Es una alegría que la Unión Africana se
vaya consolidando para el bien y el beneficio de África.
Pensando
en la POBREZA habría que decir (sin entrar en matices ni
en las reflexiones y estudios complicados y de expertos que requiere el asunto)
que, más que hablar de pobreza, como ya muchos están haciendo, hay que hablar
de empobrecimiento, más que de pobres de empobrecidos.
Sierra Leona es
un país pobre: Uno de los últimos en el índice del desarrollo humano ( que
tiene en cuenta la esperanza de vida (46 años), la calidad y extensión de la
enseñanza, la sanidad, la educación, el nivel de vida); con más de un 60% de
desempleo; con el 68 % de la población bajo el umbral de la pobreza; con 2/3 de
la población viviendo de una agricultura de subsistencia; con una mortalidad de
17,7%; con una renta per cápita de unos 650 $ dólares anuales; con unos sueldos
(los de la mayoría de los pocos que los tienen), entre 400.000/600.000 leones
al mes (90/115 Euros ), un saco de arroz de 50 Kg. cuesta 120.000 leones; con
una balanza comercial desfavorable…
Por
otra parte Sierra Leona es rica y tiene
abundante en hierro, diamantes, platino, rutilo, bauxita, casiterita, madera,
petróleo, abundante caladero de pescado, frutas, café, cacao.., todo ello
exportado y manufacturado por compañías extranjeras que, naturalmente, crean
aquí riqueza y empleo y pagan impuestos y concesiones; pero que se llevan la
parte del león…Por lo tanto ¿pobre o empobrecida? (Aquí también habría cosas
que «arreglar», pero ahora estamos pensando en lo que depende de los países
ricos). África es expoliada, desde hace muchos años, sin el menor cargo de
conciencia ni la más mínima justicia…
Por
otra parte el expolio de África (sobre esto hay muchos
estudios, informes, estadísticas…de ONGs, Organismos, Fundaciones…) es el que,
en buena medida, posibilita el estado de bienestar, la riqueza, la industria,
muchos puestos de trabajo en nuestros países, ¡en fin! la riqueza de los países
del Norte, de los Ricos depende de los pobres, y sin las materias primas de los
Pobres el bienestar de los Ricos sería «más modesto»…tal vez mucho más modesto.
Y
terminaba yo esta reflexión, de andar por casa y por los barrios de Makeni
(después de lo dicho) pensando que habría que cambiar la palabra AYUDA por la de RESTITUCIÓN. ¿No
les parece que sería más apropiada y reflejaría con más precisión la realidad?
A mí (y a muchos-as) como cristiano, misionero y persona medianamente normal,
sí me lo parece. Tal vez alguien, con un poco de escepticismo, diga «el mundo
ES así», cosa que es verdad, pero porque «Algunos lo
hacen así» y es casualidad que siempre lo hagan los mismos…Por lo tanto, con
sencillez, sentido común, y la información necesaria; deseosos de un mundo
mejor y del bien común para todos y en todas partes, podemos terminar como
empezamos: ¿Quién «ayuda» a quién?
Muchos saludos y hasta la semana que
viene.
P. Luis Pérez
Hernández s.x.
Misionero Javeriano en Sierra Leona
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