¿A dónde vas? Es el tema de la
Javierada y como cada año, el Consejo de Misiones de Madrid y la Parroquia del
Sagrado Corazón de Jesús se unen para ofrecer esta experiencia juvenil para
ponerse en marcha rumbo a Javier.
Este año éramos pocos, como
siempre nos hemos unido a Acción Católica de Madrid y embarcado en los
autobuses rumbo a Pamplona. Compartíamos autobús con la parroquia Santa Teresa
de Jesús y San Germán. Nos hemos alojado el Seminario Conciliar San Miguel, que
no solo nos ha alojado, sino que también nos ha dado la oportunidad de celebrar
nuestra fe, una Eucaristía y una Vigilia de oración al estilo de Taizé.
Nos hemos ido con lluvia, pero el
sábado, a partir de Tabar, en Navarra, desde dónde iniciamos la marcha a pie, nada de lluvia, un sol hermoso nos acompañaba en nuestro itinerario peregrino.
Charlas, reflexiones, comida, oraciones personales unidas al deseo de encuentro
nos hacían descubrir y precisar ese ¿a dónde vas? lema de la Javierada, y así
poder terminar el viacrucis a los pies del Cristo sonriente de Javier. Su
mirada, así como había apasionado el don alegre de Javier a la misión, nos
apasionaba una vez más. Muchos han exclamado sentimientos de belleza y alguno
decía “yo no había nunca visto un Cristo sonriente”. Sí, Jesús
entrega su vida con alegría, nos ha amado y ama desde su ser más interior ofreciendo
vida.
La vigilia de oración ha dado tesitura a ese encuentro que aunque breve ha marcado profundidad. El domingo
una vez más todos en la explanada del Castillo, celebrando la Eucaristía con
unos ocho mil peregrinos más. Nosotros, unos trescientos acompañados de
sacerdotes, religiosas y seminaristas. Todos viviendo ese encuentro
privilegiado de la Eucaristía pero en ese lugar tan especial que marca el
fin de una Javierada y el inicio de un nuevo caminar con Cristo.
Cuántos testimonios de que durante la Javierada ha habido un Dios sonriente que
se ha dirigido a muchos.
La celebración ha sido marcada
por la pregunta, como decía Don Francisco Pérez, obispo de Pamplona y Tudela: “¿qué
buscáis? Que sale de los labios de Jesús para que nosotros podamos decirle “A ti”,
que has conquistado el corazón ardiente de Francisco de Javier, a ti, que das
sentido a nuestra vida y sostienes nuestro caminar. Como novedad estaba
ahí la cruz de Lampedussa, con esos
trozos de embarcaciones en las que muchos hermanos nuestros han atravesado el
mediterráneo y otros que ahí han dado su último suspiro. Por ello, nuestra
oración se elevaba por ellos, como gesto de solidaridad y amor, además esta
cruz, llevada por algunos hermanos nuestros e inmigrantes, dejaba huella visual de
lo que significa caminar en búsqueda de una vida más digna.
Una vez más, durante la
celebración eucarística, no ha habido lluvia y nosotros dejábamos Javier llenos
de alegría y montábamos al autobús compartiendo experiencias y dando palabra a
lo que habíamos vivido.
Javier, don de Dios para los que
no conocen a Cristo, intercede por nosotros para que como tú, sepamos abrir
nuestro corazón al Cristo sonriente y nos lancemos a la entrega de nuestras
vidas como tú, escuchando la voluntad de Dios que se resuena en el interior de
nosotros mismos.
Rolando Ruiz Durán sx
0 comentarios :
Publicar un comentario