8/4/18

Su humanidad es riqueza... Pascua Misionera del Migrante

 “[…] Cristo no murió por los elegantes ni por los buenos. Morir por los buenos, por los exquisitos, es cosa fácil; pero morir por los miserables […], eso es algo muy difícil.” (Silencio, Shusaku Endo).
Pensamos que el sufrimiento está únicamente en nuestro entorno, sólo nosotros sufrimos y lo que está fuera es algo que “es lo que tiene que pasar”. La falta de sensibilidad humana que tenemos no nos hace conscientes de las dificultades que nuestros hermanos africanos viven en su trayecto a la idealizada Europa, pero sólo pensamos: “bueno, qué le vamos a hacer, es lo que tiene que pasar”. Creemos que por ser ellos “pobres” es ley de vida que se tengan que arriesgar de esa forma para alcanzar su sueño de encontrar la libertad, salir de la pobreza, vivir mejor…; pero estos migrantes no son “pobres”, muchos tienen estudios, formación, talento… y sobre todo tienen un rostro, un nombre, una familia y una riqueza de corazón inmensa, riqueza que Europa parece haber perdido.
¿Y qué hacemos nosotros? Denegarles los visados por miedo a que se queden de forma ilegal, obligarles a apostar su vida y sus recursos en una travesía que nadie les da garantía de completar. Nosotros nos aprovechamos de sus recursos, sus minas, sus paisajes, los exprimimos con las colonias, los dejamos sin nada, y, sin embargo, esperemos que se queden allí con las migajas que nos sobran.
Pues no. Nuestros hermanos africanos no van a aceptarlo. Mientras no se compensen las injusticias históricas que hemos causado, van a seguir viniendo y tenemos la obligación acogerlos. Se lo debemos. No vienen por gusto, vienen por necesidad: nadie abandona su familia, su tierra y su entorno en busca de una vida mejor por voluntad. Y no vienen a incomodarnos, vienen a integrarse. Ojalá supiéramos acogerlos tan bien como lo hacen ellos cuando viajamos a su tierra.
Afortunadamente, no todos tienen esa falta de sensibilidad humana. Existe gente que ve más allá que una persona migrante, que otro país o que otro color; hay gente que ve a una persona con ganas de comerse el mundo, de estudiar y de ganarse la vida, de tener los medios que nosotros tenemos a nuestro alcance tan fácilmente. Y para esa gente sólo tengo palabras de agradecimiento: gracias por ser ejemplo de humanidad, por buscar la integración de los que más la quieren y necesitan; gracias por darles una acogida de forma desinteresada, de hacerles sentir calor humano lejos de su hogar; gracias, personalmente, por darme la oportunidad de conocer a estos hermanos y hermanas, de compartir con ellos su sufrimiento y su alegría; gracias a los que trabajan en la sombra y no asumen que la injusticia de nuestros hermanos “es lo que tiene que pasar”.

Qu’est-ce qu’il nous reste
Quand on a les mains vides?
On se prépare au voyage
Et on se jette dans le vide
 Ouvrez les frontières, ouvrez les frontières
Laissez nous passer

A nivel personal, quiero transmitir mi más profunda admiración a Maite y Salva y a su hija María por darles a estos chicos y chicas el amor fraternal que tanto necesitan fuera de su tierra. Agradecer a los misioneros Javieranos Rolando y Jesús por su labor en El Chad y por organizar esta Pascua Misionera que me ha hecho poner rostro y conocer personalmente a nuestros hermanos africanos. Igualmente agradecer a los compañeros que vivimos la Pascua por vuestra involucración y ayuda. Y finalmente, a mis amigos de El Chad, Guinea, Senegal, Camerún… que me habéis transmitido tanta alegría y optimismo con vuestra acogida en Ceuta, quiero desearos mucha fuerza y esperanza en vuestro camino.
Pablo Ortín Soriano

Teruel

Para escuchar Ouvrez le frontières pinchar aquí

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