Querido Anastasio quiero decirte
tantas cosas, no me salen palabras para decirte que nos haces falta, pero que
estamos profundamente agradecidos por el don de Dios que en ti hemos recibido.
Dejas un vacío, pero curiosamente
se llena por la esperanza inquebrantable de un Dios que da sentido a todo,
aunque aún no lo perciba plenamente, estoy
convencido de que es así.
La misión Ad Gentes en España y
en el mundo se hace eco del heraldo que tú has sido. Ese empeño y dedicación a
la misión, recordando tantos nombres de misioneros y misioneras, de lugares: diócesis,
pueblos y testimonios ofrecidos por ellos, tiene sentido y nos invita como tú
solías decir “a cerrar filas con los misioneros”.
Un don para la animación
misionera de una tierra como España, que ha sido tan generosa en el don de
misioneros y misioneras, y que aún arde del deseo de comunicar la persona de
Jesucristo y su Evangelio.
Un don para los que hemos podido
saborear tu pasión por la misión, pero también la firme convicción de que la
Iglesia no es Iglesia si no es misionera y que la misión Ad Gentes nos urge a
todos pues es la pasión de Cristo, de que todos le conozcan.
Un don para fomentar y acompañar
a las vocaciones misioneras de jóvenes, laicos, religiosas, religiosos y
sacerdotes.
En fin, un don para nuestra
humilde congregación de los misioneros javerianos, pues nos has llamado para
colaborar en todo lo que fuese posible con las OMP y favorecer que las Iglesias locales tomen consciencia de
su ser misioneras y se comprometan por la misión Ad Gentes.
Gracias a ti, gracias por tu
sencillez firme y convencida de que la Iglesia es misionera y vive de la
misión.
Rolando Ruiz Durán sx (Misioneros
Javerianos en España)
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